El dios Apolo resurge en el Santa Cruz

F. J. R.
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El espacio de novedades del museo expone un torso masculino atribuido al dios romano originario del siglo II y de procedencia exacta desconocida que lleva desde 1941 en sus fondos

Apolo era considerado el dios del sol, de las artes, de la poesía, de la belleza, de la música y de la luz. - Foto: Yolanda Lancha

«Torso de pequeña estatua romana de figura varonil desnuda, en mármol blanco, de 0,50 metros de altura». Son todos los datos que figuran en la ficha de una de las piezas más misteriosas del Museo de Santa Cruz. Llegó allí en 1941, depositado por el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional del gobierno franquista, y ha permanecido todos estos años en un espacio adecuado para su correcta conservación a excepción de un reciente y breve paso por el Museo Regional de la Comunidad de Madrid, donde ha estado expuesta antes de retornar a Toledo.

La desconocida pieza ha sido ampliamente estudiada por el profesor de la Universidad de Málaga Luis Baena del Alcázar, cuya principal hipótesis es que se trata de una representación del dios romano Apolo datada en el siglo II después de Cristo.

La talla está hecha en mármol blanco de grano fino, sin que se haya realizado hasta la fecha ningún estudio por parte de algún investigador que pueda determinar el origen exacto del mineral. Con todo, su delicadeza y formas hace sospechar que estamos ante una obra muy posiblemente de importación, por la que se pagó un elevado precio para que llegara a Hispania.

Es una escultura acéfala y sin brazos. La posición de las piernas muestra que la diestra sostiene el peso del cuerpo y la izquierda, retraída, denota una inestabilidad que indica que debería apoyarse sobre otra figura; «un tronco de árbol o pilar», afirma Baena en su estudio, en el que lo relaciona desde el principio con el dios Apolo añadiendo que posiblemente formaría parte de un conjunto de otras esculturas de carácter mitológico.

El análisis de la escultura hace que se la relacione desde el principio con Apolo, siendo una copia que proviene de modelos helenísticos y éstos a su vez de modelos de Praxiteles, apuntando el profesor Baena a que pudiera ser un «Apolo Lukeios», modelo del que se hicieron muchas copias en época helenística y romana.

Con todo, el profesor Baena deja la puerta abierta a futuras investigaciones sobre el origen de esta misteriosa pieza, que debió estar en alguna villa romana de los alrededores de Toledo, y de la que no hay que descartar tampoco que fuera una representación del dios Dionysos.