Los tiempos cambian y las nuevas tecnologías permiten en ocasiones acercarnos a los que están lejos y despertar los intereses en materias comunes. Es el caso de la Cofradía de la Virgen del Amparo, que tras añadir a la Virgen del Amparo a costal 70 años después ha hecho que la cofradía necesite nuevos cargadores.

Una necesidad acuciante que viene provocada por los años de pandemia que han impedido que la hermandad saliera a la calle, así como la voluntad de «salir de vacaciones», han hecho que se haya tenido que agudizar el ingenio para captar nuevos adeptos a la causa y completar la cuadrilla de cargadores.

Esta necesidad, sumada a la actividad en redes sociales, fue lo que llevó a José Luis Martínez a poner un anuncio en la plataforma dedicada a la compra venta de productos de segunda mano entre usuarios a través de Internet, Wallapop. Además de ponerlo en sus stories, o estados de Whatsapp, este toledano anunció la necesidad de cargadores con un sencillo mensaje: «Se necesitan costaleros para Semana Santa. Ven a formar parte de nuestra cuadrilla, somos un paso de 32 costaleros que pertenecemos a la Cofradía de la Virgen del Amparo de la antigua fábrica de armas de Toledo. Para mas información, ponte en contacto conmigo en el teléfono 6261XXXXX». Esta invitación según relata Martínez nace a raíz de otra publicación similar que realizó años atrás, «necesitábamos cargadores y publiqué un anuncio antes de la pandemia», en respuesta a ese anuncio dos interesados formaron parte de la cuadrilla, uno de ellos aún sigue.

Un anuncio en Wallapop demandaba «costaleros para Semana Santa».En esta ocasión a través de esta plataforma ha recibido el interés de dos personas nuevamente. El hecho de ser el Jueves Santo, impidió que un madrileño se incorporase «ya salía con una hermandad de Madrid, porque es músico», explica JL, como coloquialmente conocen sus amigos a este toledano. El otro interesado, un ciudarrealeño, finalmente no pudo incorporarse por incompatibilidad con los ensayos. A pesar de lo cual, el cargador asegura que «con total seguridad saldrá el paso», que sentencia que nunca está de más ninguna persona interesada, ya tienen un número aceptable para completar la cuadrilla de 28 cargadores y algún relevo.

La implicación de JL viene «desde pequeño». La devoción por la Semana Santa la data por sus abuelos, a quienes correspondió iniciarle en la fe católica, su abuela a quien acompañaba a misa, y su abuelo que «fue costalero del descendimiento», recuerda con añoranza. Desde hace años ha procesionado en varias cofradías cada Semana Santa. «Descendimiento, la Soledad, la Humildad y ahora la Oración en el Huerto», según cuenta las ha ido compatibilizando hasta que hace unos años por motivos laborales tuvo que elegir solamente una. «En mi trabajo solamente podía pedir un día libre, me quedé durante algunos años solamente saliendo en la Cofradía Hermandad Cristo de la Humildad», relata, pero ahora al haber cambiado de horizonte profesional ha podido retomar su implicación en la Semana Santa toledana.

Un nutrido calendario que comenzará el Viernes de Dolores «portando el estandarte de La Soledad», continuará el miércoles Santo «como cargador de la Humildad», y terminará el Viernes Santo en la procesión del Santo Entierro, aunque todavía con una función por determinar, pues a pesar de haber sido «Hermano Mayor de los Armados de Toledo y estar este año procurando revitalizar su actividad», no está seguro que puedan «escoltar a La Soledad y al Santo Sepulcro el Viernes Santo», a pesar de que junto a otros compañeros está sacando lustre a las armaduras para intentar volver a las calles de Toledo como hizo por primera vez «hace más de dos décadas» cuando se acercó por curiosidad y «amistad familiar» a conocer a estos personajes tan singulares.