Miguel Ángel Collado

Alma Mater

Miguel Ángel Collado


Las universidades líderes del futuro

03/10/2022

William C. Kirby, reputado profesor de Administración de Empresas y de Historia moderna de China en la Universidad de Harvard, ha publicado un libro, 'Empire of ideas: creating the modern university from Germany to America to China', en el que se plantea si las más relevantes universidades del mundo podrían encontrarse en el futuro en el país asiático más que en Estados Unidos.
El autor invita, desde un análisis histórico, a la reflexión sobre la permanencia y la vulnerabilidad de una institución social clave, sobre sus fortalezas y debilidades y formula consideraciones acerca de cómo debe orientarse el futuro de las universidades, que han de operar en un escenario global cada vez más competitivo pero cuyo futuro será más brillante si también cooperan. En sus páginas, expone sus pensamientos para que una universidad incremente el liderazgo en la creación de nuevos conocimientos y en la formación avanzada.
Además de subrayar la importancia de la valía de los dirigentes, la cualificación de sus plantillas así como la calidad de sus estudiantes y la financiación, presta especial atención a tres elementos interrelacionados que pueden encontrarse desde la fundación de las grandes universidades que destacaron en el siglo XIX. El primero, ser una universidad orientada a la investigación de excelencia, en todos los ámbitos científicos como sociales. El segundo, un compromiso con el fomento de una cultura de formación amplia tanto en humanidades como en ciencias que impulse, en su entendimiento fundamental, la cualificación integral de la persona más allá de la capacitación práctica; es decir, una educación de base amplia frente a una más estrecha y repetitiva enseñanza. Y una tercera y definitoria exigencia para ser una universidad competitiva, en el sentido de la universidad alemana del XIX, líder en su época y la universidad norteamericana del XX y XXI, líder todavía en nuestro tiempo, consiste en un sistema de gobernanza que otorga a la institución la autonomía para tomar sus propias decisiones y determinar sus prioridades. A su juicio, no hay criterio probablemente más importante para hacer una universidad relevante que éste.
Aunque el libro es una reflexión acerca de que cómo se fundó la moderna universidad investigadora en Alemania, cómo Estados Unidos ha asumido el liderazgo universitario desde hace un siglo y cómo la universidad china debería ser autónoma del gobierno si quiere aspirar a ese liderazgo mundial, las consideraciones de Kirby acerca de esas tres exigencias son válidas en todo caso y, por ello, también para la universidad española.
Afortunadamente, hoy la universidad española, sin olvidar la especialización en cada titulación, puede incidir en una formación integral de sus estudiantes, a través de los planes de estudio que elabora cada una de ellas así como mediante una diversidad de programas e iniciativas que faciliten la titulación de estudiantes con los conocimientos, competencias y valores que demanda la sociedad de nuestro tiempo.
Ser una universidad investigadora requiere contar con investigadores de excelencia, formando a unos, atrayendo a otros y reteniendo a los más destacados incluso después de su jubilación en atención a sus méritos académicos y no a otras razones; así como disponer de los recursos materiales y los fondos económicos necesarios. Fondos que deben venir tanto de las instituciones públicas en un país multinivel como es España, en su dimensión europea, estatal y autonómica como de las empresas, sin olvidar el deber de cada universidad de dotar y asignar las partidas de los llamados planes propios de investigación de forma suficiente, estable y tempestiva.
Y finalmente, es responsabilidad de todos, la institución universitaria, los poderes públicos y el conjunto de la sociedad, hacer valor su autonomía como premisa para el desarrollo de sus misiones.
No ha habido ningún país en los últimos siglos que haya sido una potencia que no haya invertido en educación e investigación. La inversión en universidad es una inversión rentable siempre que se le otorgue la necesaria autonomía. En China se va a poder comprobar en las próximas décadas. Y la lección vale también para cualquier Estado.