Hallan una despensa del siglo XIX en el antiguo ventorrillo

M.G
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Los restos se pondrán en valor en la rehabilitación del edificio. Las ruinas de la antigua construcción se encuentran bajo la zona ajardinada del acceso a la Venta de Amando

Hallan una despensa del siglo XIX en el antiguo ventorrillo - Foto: David Pérez

Algunos proyectos se acompañan de descubrimientos, como ha ocurrido en la antigua Venta de Amando tras el estudio arqueológico previo realizado hace unos meses. Los arquéologos terminaron hallando buena parte de la despensa del antiguo ventorrillo, datada en el siglo XIX, y en muy buen estado de conservación. Un hallazgo que permitirá su integración en la adecuación del edificio, su puesta en valor y su inclusión en el inventario del patrimonio cultural de Castilla-La Mancha, como ha indicado recientemente la Delegación de Cultura.

Esta despensa subterránea tiene su historia. En la parcela se construyó un ventorrillo, en el siglo XIX, que servía de descanso y posada para los viajeros que iban y venían de Madrid a Toledo. Según el informe histórico, la antigua Venta de Amando -que toma el nombre del propietario que la compró en los años 30-  debió construirse entre 1880 y 1885, pero no puede concretarse porque no hay expediente.

Aún así, se plantea la posibilidad de que Sebastián Villasante lo levantara el mismo año de su compra, ya que la antigua cartografía refleja una edificación en esta zona denominada Venta de Pinedo o Ventorrillo. De inmediato, la tierra se vendió de nuevo y a lo largo del siglo XIX cambió de manos en varias ocasiones y se llevaron a cabo distintas obras y ampliaciones, hasta que el hijo de Amando Alamillo pidió licencia para demoler el ventorrillo, que había sido lugar de residencia, en los años 60.

La promotora actual, consciente de la antigua construcción y demolición decidió que se realizara un estudio arqueológico previo hace meses, unos trabajos que se centraron en la excavación de dos sondeos «para evaluar la potencialidad arqueológica del subsuelo en el exterior del edificio». En el primero de ellos, se halló un cerramiento que ocultaba la despensa, con una planta en l, un tiro en escalera, un corredor abovedado que se comunica con otro más ancho.

En el segundo sondeo, los arqueólogos encontraron evidencias del antiguo ventorrillo, con lo que los hallazgos posibilitarán la integración de la despensa para que la pueda visitar el público.

Durante la excavación se localizaron varias botellas de refrescos y un par de notas de jóvenes clientes que dejaron escrito un mensaje en 1993 «para las generaciones venideras», apuntando que la copa que tomaban «estaba buena de cojones». Si bien, estos hallazgos no tienen validez arqueológica ni entrarán en inventario.