Lagartera es uno de los municipios españoles que se ha sumado a la cadena de solidaridad con el pueblo ucraniano tras la invasión de Rusia convirtiéndose en anfitrión de varias familias de Ucrania. En concreto, son dos ya las que están acogidas en viviendas cedidas con este fin por vecinos de la localidad, a las que se prevé que esta misma noche se sume otra más y otras tantas en próximas fechas. Así lo confirmó ayer a La Tribuna el alcalde de Lagartera, Sergio Alía Estrada, quien destacó la generosidad que están demostrando los vecinos para ayudar, en la medida de sus posibilidades, al llamamiento que se hizo desde el Ayuntamiento lagarterano con destino a colaborar con el pueblo ucraniano.
Como explicó el alcalde, la iniciativa ha partido de la mano de un matrimonio de Torralba de Oropesa, ella ciudadana de Ucrania, que son quienes han ido pidiendo colaboración a municipios vecinos. Desde el Ayuntamiento de Lagartera se pusieron a disposición y, dado que no cuentan con instalaciones para la acogida de familias ucranianas, emitieron un bando móvil para solicitar la colaboración de aquellos vecinos con viviendas desocupadas. «Fueron llamando al Ayuntamiento y en cosa de dos días había ya casas disponibles», en concreto unas seis, que se prepararon de inmediato para facilitar su llegada. Se limpiaron, también con la colaboración vecinal, «para que estuviera cuanto antes preparado porque no sabíamos cuándo iban a venir realmente». «Lagartera es un pueblo muy sociable y toda la gente ha colaborado, dentro de sus posibilidades, cada uno en lo que ha podido y eso es de agradecer», destacó el alcalde al respecto.
Fue el pasado domingo cuando llegaron los primeros habitantes ucranianos, que fueron recogidos en Madrid con la colaboración, entre otros, del taxista lagarterano David Corrochano, y llegaron a sus ahora viviendas. En concreto, Lagartera acoge ya a una familia compuesta por una madre con sus tres hijos, una joven de 27, otra de 14 y un niño de 8;y otra con una madre y su hijas de 17 y 2 años. Los niños, como indicó Alía, ya están escolarizados y están yendo a la guardería y al colegio, aunque pidió a la Junta colaboración para agilizar los trámites precisos para contar con la tarjeta sanitaria y poder trabajar.
Además de las viviendas, los ciudadanos desplazados a Lagartera cuentan con la colaboración de Cáritas, que proporciona alimentos. Se prevé asimismo la creación de una asociación que gestionará las donaciones económicas para los ucranianos residentes en Lagartera, centralizadas en una cuenta bancaria que se ocupará al pago de suministros en las viviendas de acogida y a la adquisición de medicinas, ropa y cubrir las necesidades de los ciudadanos acogidos en esta localidad.
La intención además, según explicó el alcalde, es contribuir a la economía local mediante la compra de estos productos en los negocios de la localidad. Así, las donaciones de sus vecinos revierten en el propio municipio, explicó.
En función de las donaciones que se vayan recibiendo, si se cubren esas necesidades y hay margen suficiente se podrían alquilar también viviendas para acoger a más ucranianos, según avanzó el alcalde, si bien subrayó que se irá «paso a paso». «Lo principal ahora es ayudar a esos propietarios que han cedido sus casas, pagarles los gastos de suministro, y luego, si la cosa va a más, poder ayudar también a los comercios», mediante la compra de alimentos en Lagartera, ya que también han colaborado en estos primeros momentos de acogida con productos de higiene.