El reventón del paraíso de La Jara

J.M.
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Un vecino de Robledo del Mazo captó ayer la impresionante columna de agua del salto más grande de la Garganta de las Lanchas. «Espectacular», repetía sobre este paraje de 435 hectáreas, declarado microrreserva

Los amantes de la naturaleza de la provincia eligen frecuentemente a la Garganta de las Lanchas como un destino para el fin de semana. Y eso que llegar a este paraje del Valle del Gévalo precisa de mucho tiempo de conducción para la mayoría de los aficionados. Un vecino de Robledo del Mazo, Eduardo Fernández, se desplazó ayer a la pedanía de Las Hunfrías para tomar el camino hacia la Garganta de Las Lanchas. La lluvia abundante hacía prometer un nuevo espectáculo de la naturaleza. Y, efectivamente, se encontró en el primero de los saltos, el más alto, el mejor regalo del afluente del río Gévalo. «Espectacular», repetía este hombre de 68 años en un vídeo difundido por los grupos locales jareños.

Eduardo indicaba hoy a este diario que el salto traía una cantidad extraordinaria de agua en un paraje por el que siempre, incluso en verano, fluye el cauce que desemboca en el río Gévalo. Este mismo vecino grabó el pasado 31 de agosto como el cauce del río Gévalo pasaba de estar seco a correr el agua, un vídeo que reprodujo este diario con miles de visualizaciones.

Chorreras de Las Lanchas
Chorreras de Las Lanchas

La Garganta de las Lanchas es un pequeño valle boscoso recorrido por un arroyo que vierte sus aguas al río Gévalo, protegido por su valiosa variedad de especies amenazadas de flora y fauna, así como por su interés paisajístico, en el que destaca la presencia de varios saltos de agua. Declarada Microrreserva en mayo de 2003, con una superficie aproximada de 435 hectáreas e incluida en la Red Natura 2000, forma parte del Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y de la Zona de Especial Protección para las Aves 'Montes de Toledo'. También forma parte del área crítica del águila imperial y de la cigüeña negra.