Francisco Muro de Iscar

MUY PERSONAL

Francisco Muro de Iscar

Periodista


Presidente líquido, pacto líquido

31/03/2022

Zygmunt Bauman acuñó la teoría de la modernidad líquida, la sociedad líquida y hasta el amor líquido: Pedro Sánchez ha inventado el pacto líquido. Bauman decía que "hoy, la mayor preocupación de nuestra vida social e individual es cómo prevenir que las cosas se queden fijas, que sean tan sólidas que no puedan cambiar en el futuro: No creemos que haya soluciones definitivas y no solo eso: no nos gustan... van a aparecer nuevas oportunidades que van a devaluar las existentes... ¿Qué significa ser flexibles? Significa que no estés comprometido con nada para siempre, sino listo para cambiar la sintonía, la mente, en cualquier momento en que sea requerido".
Con Sánchez no hay problema de que algo se quede fijo. Es el perfecto ejemplo de un presidente líquido y por eso prefiere el pacto líquido a un pacto sólido, el acuerdo hoy con sus socios en el Gobierno y sin sus socios parlamentarios y el acuerdo mañana con los socios parlamentarios contra sus socios en el gobierno, lo cual no excluye no contar ni con unos ni con otros para un acuerdo con terceros. El presidente exige un apoyo rotundo de la oposición en Ucrania en el Sahara y en la economía, pero sin negociar nada con nadie. Sánchez tiene unos principios, quién lo va a dudar, pero como se le devalúan, los cambia sin sufrir.
El problema es que vamos a toda marcha hacia la triunfal derrota final. De Sánchez, no; del país, de la economía, de la política exterior, de la enseñanza... Casi todos los países han hecho rebajas más importantes que las españolas en los precios de los combustibles y antes que nosotros. Algunos países europeos han bajado el IVA de estos productos del 21 al 10 y hasta al 6 por ciento. Parece que Europa no lo prohíbe. Y, además, cientos de gasolineras han disparado sus precios tras conocer la bonificación de 20 céntimos, con lo cual cuando se aplique, nos costará incluso más que ahora. Somos líderes europeos en casi todas las cifras negativas de la economía: la deuda y el déficit público, la inflación, el desempleo... La economía se sostiene por los fondos europeos, los créditos ICO, las subvenciones, el Ingreso Mínimo Vital (aunque solo llegue a menos de la mitad de los que lo necesitan por culpa de la mala gestión). Pero hay ya muchos empresarios y autónomos que no pueden pagar ni los intereses de esos préstamos.
¿Qué pasará cuando haya que pagar todo lo que Europa nos ha dejado y todo lo que el Gobierno se ha endeudado? El problema de España es estructural: la competitividad, la falta de un proyecto industrial y tecnológico, el minifundismo empresarial, un campo ahogado, la carencia de investigación, el alto nivel del déficit público y de la deuda pública y privada, la fragmentación legislativa y regulatoria entre comunidades autónomas que lastra el crecimiento y provoca inseguridad jurídica, la sostenibilidad de las pensiones, la fiscalidad, el desempleo, el crecimiento de la desigualdad, el desajuste entre formación y mercado laboral...
Todos estos problemas exigen un pacto de Estado sólido, no con socios de oportunidad, sino con quien es alternativa de gobierno y representa a una parte importante del país. Ese es el pacto que no aborda Sánchez, que no quiere abordar. Y es el único pacto que nos llevaría a la estabilidad y a la modernidad. Si buscamos algo sólido, habría que empezar por la educación, pero la reforma educativa perpetrada por Celáa -a la que, en lugar de mandarle repetir, le han regalado la embajada ante el Vaticano, con mantilla y todo- y ejecutada por Alegría es un crimen que vamos a pagar durante varias generaciones. ¡Pobres alumnos y pobres profesores! ¡Pobre país!