Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


Talento

06/03/2023

Que el talento debe estar en centro de la recuperación económica, no creo que nadie lo cuestione. La aportación de valor añadido es lo que permite competir en mercados cada vez más globalizados y donde la deslocalización en busca de menores costes se ha convertido en una tendencia natural.
Para ello, debemos tener políticas a largo plazo considerando que todo lo que se dedique a Educación y a I+D, no se puede considerar gasto, si no inversión. El retorno que genera la inversión en estos capítulos está en una proporción que puede alcanzar la recuperación de hasta 10 € por cada euro invertido. Pero las cifras que España refleja al respecto no son para estar contentos. Según los datos publicados por el Banco Mundial, la media mundial de inversión respecto al PIB se sitúa en un 2,274% en los años 2017 y 2018. Quién más invierte, es Israel con un 4,95% seguido por Corea del Sur con un 4,81%.
Mientras tanto, en España el pasado año invertíamos un 1,4% de nuestro PIB, muy lejos del 2% del compromiso fijado para los países de la UE.
El Talento se potencia con un buen entrenamiento y nuestro sistema educativo busca la cantidad por encima de la calidad, lo que muchas veces supone destruir el futuro de muchos alumnos que se quedan frustrados por no tener un medio en el que desarrollar sus capacidades potenciales.
Debemos apoyar un modelo de desarrollo de la competitividad basada en el talento. Todos asociamos calidad con Alemania y diseño con Italia. ¿Esto ha sido flor de un día? O por el contrario ¿es resultado de una política de actuación entre las Instituciones, las empresas y la sociedad en su conjunto que lo ha hecho posible?
La estabilidad institucional como elemento dinamizador del Talento, pasa por la obligación de que se pacte de una vez por todas un modelo educativo que no cambie permanentemente. Por un marco jurídico y social que reconozca la necesidad de potenciar la excelencia. Por crear las condiciones necesarias para que la mezcla de capital y Talento genere proyectos que puedan, fracasando o triunfando, dinamizar una economía excesivamente basada en lo seguro. Hemos de apoyar los proyectos de riesgo si queremos cambiar el futuro de nuestra sociedad y esto supone exigir a nuestros gobernantes que se crean lo que prometen y lo cumplan, anteponiendo los intereses generales a los electorales de cada partido. Es curioso que a estas alturas tengamos que volver la vista atrás y recuperemos algunas de las mejores frases del mayo del 68. En este caso yo me pido la de 'seamos realistas, pidamos lo imposible'.