Editorial

Las comunidades se ponen de acuerdo en un cierre perimetral

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El Gobierno central y las comunidades autónomas tratan de ponerse de acuerdo desde hace semanas en un marco normativo que sirva de guía para la ciudadanía a la hora de afrontar un periodo que suele ser el de mayor volumen de desplazamiento de ciudadanos del año. El último intento de gestar un protocolo común para la movilidad en Navidad se produjo ayer y otra vez con Madrid como referencia, quedó en evidencia, una vez más, la dificultad para sacar adelante un modelo consensuado. Esta disparidad de criterios, aun habiendo limado diferencias respecto a los de semanas anteriores, mantuvo durante la tarde la incertidumbre de millones de ciudadanos a muy pocos días de tener que decidir cómo se afrontan este año las reuniones familiares.

Las comunidades autónomas amenazaban desde hacía días con decidir de manera independiente, si bien ayer ya se comenzaron a visualizar de manera previa a la reunión de la interterritorial de Sanidad algunas ententes entre algunas de ellas, como es el caso de La Rioja, Navarra, Aragón y País Vasco, cuya coordinación encontraba ya de entrada cierto grado de justificación en la coincidencia de algunos patrones en la evolución de la pandemia en estos territorios. En estos casos la apuesta era por mantener sus cierres perimetrales, autorizando permeabilidad en casos justificados para la reunificación familiar por Navidad en las fechas más señaladas de todo el periodo comprendido entre el 23 de diciembre y el 6 de enero. Y esta fue, precisamente, la que marcó el camino para el global de autonomías, ya que hubo acuerdo para mantener el cierre perimetral de las comunidades entre el 23 de diciembre y el 6 de enero, excepto cuando la naturaleza de los viajes sea visitar familiares o allegados. En definitiva, un confinamiento perimetral de efectos prácticamente nulos porque la causa por la que sí se autoriza viajar no deja de tener vigor en ningún momento de ese periodo de quince días y porque ninguna autoridad va a poder refutar la finalidad familiar del desplazamiento que cualquier conductor interceptado manifieste.

El acuerdo, del que discrepa Madrid en cuanto a un cierre perimetral al que se niega, sí se parece sin embargo a las pautas que en la anterior interterritorial sanitaria habían marcado comunidades como la madrileña y la catalana, que planteaban elevar el listón a diez en el máximo de personas reunidas en torno a la mesa en las celebraciones navideñas. En todo lo demás, acuerdo en cuanto a los horarios de toque de queda y en la recomendación de que eventos tradicionalmente multitudinarios como las cabalgatas no se realicen. La aplicación del sentido común, que lleva implícita la prudencia, tendría en cualquier caso efectos más beneficiosos que cualquier medida política.