Por todos es sabido que nuestra provincia -y sin duda la capital toledana- es un lugar donde la magia y la hechicería han tenido y tienen, un peso importante a la hora de entender las costumbres y tratamientos curativos de los habitantes de esta tierra desde hace siglos. Por ello vamos a trazar un simbólico calendario mágico que recorra los diferentes pueblos y lugares de la provincia de Toledo, a través no solo de la tradición mágica, si no también junto a la devoción a multitud de santos y de santas que van de la mano de hechiceras y brujas, a la hora de curar, sanar y protegernos de decena de maleficios, conjuros y enfermedades. Empezaremos este recorrido mágico y cronológico con el mes de febrero que vamos a estrenar en breve, y que además está plagado de fiestas y tradiciones muy interesantes. El nombre de este mes proviene de Februa, diosa romana de la fertilidad y la purificación, siendo este un periodo en el que se hacían las purificaciones y se intentaba purgar nuestros pecados; resulta curioso como aún hoy, en nuestro calendario actual celebramos la fiesta de la Purificación de Nuestra Señora precisamente el 2 de febrero, también conocido como el día de la Candelaria, nombre que nos recuerda a la luz o candela que debe guiar al buen cristiano hacia el camino de Dios. Hay un enclave muy interesante de la provincia de Toledo que es Arisgotas -muy recomendable su visita para encontrar unos restos visigodos únicos en la comarca como son los de San Pedro de la Mata-, donde se celebra esta festividad, junto con los vecinos de Orgaz y de otros puntos que acuden el 2 de febrero para realizar el tradicional salve en honor a la Virgen y la luminaria que se realiza en la plaza. Otra tradición que los vecinos de Arisgotas realizan es la de subastar la torta de la Candelaria, la cual se ofrecía por parte del panadero del lugar para que los devotos pujaran por ella. En la procesión que tiene lugar durante la tarde del día de la Candelaria, portan la imagen los fieles que más habían pujado por llevarla como era tradición y costumbre.
Visitamos a continuación Menasalbas, otro enclave toledano donde también celebran la Candelaria y en cuya tradición participaban -y lo siguen haciendo- los quintos que se sorteaban antaño cuando aún había servicio militar. Allí siguen realizando hogueras y luminarias, símbolos históricos que recuerdan la época en la que ese fuego se usaba para purificar nuestras vidas, quemar lo malo y acabar con lo negativo. En Menasalbas llaman a esta fiesta la de las Encamisadas, realizando diversos actos de tipo militar, con curiosos uniformes, tambores, baile de la bandera que realizan los Encamisados y los Lacayos, etc. También se realizan las carreras a caballo, recordando la antigua tradición en la que los mozos arrancaban la cabeza a un gallo para demostrar su valentía, pericia y habilidad. Resulta curioso también como antiguamente en multitud de lugares, las velas que se utilizaban durante la misa de 'las candelas' o de la Candelaria, eran guardadas por los devotos en sus casas; estas velas se utilizaban posteriormente en momentos puntuales, sobre todo cuando algún peligro de muerte acechaba a los miembros de la familia. En ese instante se sacaba la vela de la Candelaria y por ejemplo cuando algún familiar estaba agonizando, se colocaba a su lado para que esa luz iluminara su alma en el tránsito a la otra vida; también hay otro sentido más maléfico de esta tradición, que cuenta como algunas hechiceras y brujas encendían estos cirios para que cuando se consumieran del todo, provocaran la muerte de aquél al que se había maldecido.
Avanzamos hasta el día 3 de febrero, festividad de San Blas, aquel médico y obispo de Sebaste (Turquía) al que siempre acudimos cuando tenemos tos, atragantamientos y dolores de garganta. A este santo en la Edad Media se le relacionaba con la brujería y se decía que era el 'santo de los malos aires', creyéndose además que el viento que soplara el día de San Blas sería el más repetido durante el año que arrancaba. Encontramos multitud de lugares de nuestro territorio donde se festeja San Blas, como por ejemplo en Fuensalida donde es su patrón y donde siguen realizando curiosas tradiciones cada año, como por ejemplo el conocido juego de cartas que denominan 'El ramo' o la quínola, gracias al cual se pueden ganar algunos productos de caza autóctonos o alguna de las riquísimas roscas de San Blas. No falta en esta festividad la tradicional misa y procesión del santo, así como el baile de las seguidillas que tiene lugar después de la subasta del ramo y que con tanto cariño recuperan cada año los vecinos de Fuensalida. Igualmente, en Recas se celebra a este santo donde las hermandades de San Blas y San Blas Chico se empeñan en perpetuar las antiguas tradiciones organizando diversos actos en honor a este obispo y santo. También se bendicen las típicas roscas y se encienden las hogueras tan comunes en esta época. Hay juegos diversos como la cucaña, el tiro de soga entre solteros y solteras y por último el pregón de San Blas Chico, donde de un modo desenfadado se hace un repaso a los hechos y aconteceres del municipio durante el último año. Terminamos esta primera entre de este especial calendario, con la localidad de Erustes, donde también homenajean a San Blas, donde se sigue realizando la venta de roscas de pan y la tradicional puja por las gargantas de cera y otros productos. Y no olvidemos que en otros enclaves toledanos como Otero, Yuncos, Domingo Pérez, Los Yébenes o Santa Olalla también encontramos diferentes fiestas y celebraciones en honor a San Blas, todas ellas con sus matices, diferencias y aportaciones locales que hacen de estos lugares visitas obligadas para todos los que no conozcan estas poblaciones y sus costumbres.
*José García Cano es académico correspondiente en Consuegra de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.