La campaña del olivar cierra con un 80% menos de producción

Lola Morán Fdez.
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A las malas previsiones que había al inicio de la temporada a causa de la sequía que ha habido se ha unido el fuerte viento de las últimas semanas, mermando más la producción

Imagen de archivo de la campaña de recogida de aceituna en un olivar de la provincia. - Foto: Víctor Ballesteros

Las previsiones para la campaña del olivar este año no eran buenas pero finalmente han resultado peor de lo esperado, con una drástica reducción de la producción respecto al año anterior. Así lo corroboraron a La Tribuna desde las organizaciones agrarias Asaja y UPA Toledo, cuyas responsables confirmaron que, en concreto, el descenso se ha situado en torno al 80% respecto a lo recogido durante la campaña anterior en la comarca talaverana.

La presidenta de Asaja Toledo, Blanca Corroto, expuso que en este momento en el que están cerrando prácticamente todas las cooperativas olivareras en la zona, se puede calificar de «auténtico desastre» la campaña. Se cierra, dijo, «con unos datos que son un 80% inferiores» a los de la anterior, «peor de lo que se esperaba en un principio». Entonces se hablaba de alrededor de un 70% menos a causa de la sequía en 2022, circunstancia a la que se ha unido el fuerte viento de hace semanas, que ha tirado la aceituna.

Todo ello ha llevado a unas cifras muy por debajo de las habituales en esta comarca, donde la medida está en unas 30.000 toneladas, cuando este año «apenas habrá llegado a las 10.000».

La meteorología ha sido la principal culpable de estos resultados, en especial el calor, la sequía «tan brutal» del pasado verano, que «ha dejado sin cosecha apenas» a los olivares de la zona. Una situación que, como aseguró Corroto, se repite en zonas productoras de otros países como Italia y Grecia, por lo que la «escasez» de aceite de oliva virgen extra (AOVE) será a nivel mundial, sin llegar al desabastecimiento y manteniendo la calidad. «Aunque haya poca aceituna y poca cosecha la calidad sigue siendo la misma», garantizó la representante de Asaja, quien insistió en que va a haber aceite y de calidad, pero habrá que pagar algo más por él.

En esta misma línea se pronunció la secretaria provincial de UPAToledo, Elisa Fernández, quien también cifró en un 80% la pérdida de producción respecto a la última recogida de aceituna en la comarca de La Jara. Si bien se mostró cauta porque hay cooperativas que aún no han completado la tarea, se ve ya que el balance final será peor de las previsiones, que ya de por sí eran «muy malas». Se estimaba ya al inicio que la campaña iba a ser «muy corta» y que iba a estar afectada por las condiciones meteorológicas, con una fuerte sequía que se ha traducido en que «en muchos sitios el árbol no ha cargado de aceituna».

En los que sí, ha sido de aceituna «muy pequeñita», aunque las últimas lluvias han favorecido su crecimiento, tal y como indicó Fernández. Pese a ello, el viento que asoló la zona hace unas semanas también repercutió de manera negativa en el resultado final.

Datos «catastróficos». En la comarca de La Jara en concreto la secretaria de UPAToledo indicó que es una de las zonas que, sin tener aún todos los datos, se pueden definir como «penosos» y «catastróficos». Como ejemplo, precisó que en la cooperativa de Belvís de la Jara mientras el año pasado se recogieron 12 millones de kilos de aceituna, en esta campaña la cifra ha sido de tan solo 2,6 millones, lo que representa un descenso del 80%.

De igual forma, en la cooperativa de La Nava de Ricomalillo, los 5 millones de aceitunas que se recogieron el año pasado se han quedado en este en tan solo 350.000 kilos, es decir, un 93% menos.

La línea general está en una pérdida media del 80% de la producción respecto al ejercicio anterior en esta comarca con olivares familiares. A este respecto, Fernández, subrayó la importancia que tiene este sector en la comarca «como generador de riqueza» y para evitar la despoblación.

En lo que respecta al precio del AOVE, Fernández señaló que, en estos momentos, se está vendiendo «a buen precio» para el agricultor, si bien los productores «no quieren eso». «No queremos que ahora se venda a 5,30 euros en las cooperativas el aceite ya envasado y que hayamos estado vendiendo a 3 euros, a 2,80 o 2,60 euros «, señaló.

En su lugar, abogan por tener «siempre un precio estable por encima de lo que cuesta producir», puesto que el coste para el agricultor, haya poca o mucha cosecha, es siempre el mismo o puede ir subiendo. Asimismo, hizo hincapié en que no se utilice el aceite como producto reclamo en las grandes superficies comerciales, en la importancia de que la población consuma productos locales y en la necesidad de que se cumpla de una vez por todas la Ley de la Cadena Alimentaria, que establece que los productores han de percibir unos precios por encima de costes.