De lo divino y lo humano

Roberto Sánchez Pérez
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Seguimos recordando la presencia de la Música en el Arte y en concreto en la colección estable del Museo del Ejército

De lo divino y lo humano

Hoy nos referimos a algunas figuras del Belén conocido tradicionalmente en Toledo como el de la Fábrica de Armas. Es un Belén adquirido por la Fábrica de Armas de Toledo a mediados del siglo XX, gran parte de las piezas llevan el sello de Olot (Gerona), municipio que fuera uno de los principales centros productores de imágenes religiosas en España en los últimos siglos. En su periplo por nuestra ciudad, este Belén pasó por diversos escenarios, y por ello está ligado a la tradición de los toledanos. Hoy se conserva en el Museo del Ejercito ocupando un sitio muy especial entre los fondos de nuestra colección permanente. Nos detenemos en la parte de lo divino y lo humano, y lo hacemos a través de la mirada del detalle musical del conjunto. Para ello, hemos elegido un grupo de ángeles músicos y dos pastores.

Los instrumentos pertenecientes a las tres familias principales (viento, cuerda y percusión) recorren a menudo tanto lienzos como otras obras de arte de nuestra cultura y muchas veces lo hacen sin saberlo, a modo de crónica sonora y visual. Los ángeles son personajes de la tradición judeo-cristiana, aunque hay precedentes en la mitología del Medio Oriente. Ángel, etimológicamente, significa "mensajero", y esa era su función, actuar de emisario entre la divinidad y el ser humano. Si el arte musical es considerado ya de por sí sutil y etéreo, en el tañer de los ángeles músicos encontramos un matiz añadido de arte diáfano, divino y eterno. Los ángeles se dividen en nueve coros o jerarquías, y se clasifican en serafines, querubines, tronos, dominaciones, virtudes, potestades, principados, arcángeles y ángeles. Pero en un momento determinado, un tipo de ángel fue representado interpretando música, ya fuera como cantores (leyendo una partitura), como instrumentistas, o bien de ambas formas. Gracias a ellos, la iconografía musical medieval se fue enriqueciendo ya que muchas veces los instrumentos que portaban los ángeles músicos eran típicos de la época. La música de los ángeles se convertía así en una metáfora de unión y armonía. Cuando las personas en la Tierra alaban a Dios, se entiende que se unen a los ángeles en su canción y ayudan a crear armonía en la Tierra.

Uno de los contextos iconográficos principales en los que hicieron su aparición los ángeles músicos fue en el Nacimiento de Jesús. En este caso tenemos a ocho ángeles músicos, todos ellos tocando instrumentos cordófonos de la familia de la cuerda. Dos de ellos tañen un laúd con mástil y clavijero curvo y tres órdenes dobles de cuerdas. Este instrumento tiene su antecesor en el tanbur asiático, anterior al ud árabe del que deriva. Llegó desde Oriente y fue introducido por los musulmanes, concretamente por el laudista y músico kurdo Ziryab, establecido en la corte cordobesa del siglo IX. Los otros cuatro ángeles músicos restantes tañen arpas o liras, que aun siendo muy parecidas si nos fijamos difieren en varias cosas: en el lado de la colocación del mástil, en el número de cuerdas, unas tres y otras cuatro, en la forma y en el tamaño. Aun entendiendo que los instrumentos que portan dichos ángeles no son un fiel reflejo de los originales, se ve la intención del artista de querer diferenciar ambos instrumentos de cuerda, para así formar un grupo más acorde de ángeles músicos. Respecto al arpa gótica de columna, es casi recta y de aspecto más delicado que los modelos románicos anteriores. Es un instrumento cordófono punteado de origen mesopotámico y conocido también por los egipcios. Este conjunto de ángeles músicos porta instrumentos de cuerda que también les podían permitir cantar a la vez, por ello es una representación muy elegida por los artistas.

Junto a los ángeles, es común en el Belén tradicional, la presencia de "detalles musicales" entre las gentes del pueblo, concretamente en las figuras de los pastores. En este caso nos detenemos en un pastor tocando una flauta, es decir un instrumento aerófono que seguramente elaboró con los materiales que tenía más a mano en el campo, que podían ser caña, madera o incluso hueso de los cuernos de su ganado. A su lado está la figura de un pequeño pastorcillo que, seguramente siguiendo los pasos de su padre o su hermano mayor, lo imita haciendo que el también toca su flauta. Pero el pequeño no coloca las manos de la forma idónea para digitar correctamente la flauta, si no al revés, del mismo modo está intentando hacer sonar la flauta por medio de soplo indirecto siendo esta de soplo directo. Seguramente el artista nos quiere dar a entender que no está tocando, simplemente imita o juega y sin darse cuenta, aprende por imitación las melodías de sus antepasados por lo que conocemos como transmisión oral.