Una jornada pasada por agua como la que se vivió ayer en Toledo hace que todo ciudadano deba extremar la precaución, ya sea como viandante o por medio de su circulación al volante. Afortunadamente, pese a considerarse dentro de la categoría de lluvias muy fuertes por la cantidad de agua acumulada en solo 24 horas, las consecuencias no tuvieron mayor gravedad en cuanto a daños personales y materiales se refiere.

De hecho, según el Observatorio de Toledo, al que tiene acceso la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la capital regional recibió hasta las 20:00 horas de la tarde de ayer un mínimo de 40,8 litros por metro cuadrado de precipitaciones. En las horas posteriores a esta consulta oficial continuó la lluvia en la ciudad, por lo que la cantidad total de litros aún será mayor. Aunque es cierto que en las horas posteriores la intensidad ya fue menor. Al superar los 30 litros por metro cuadrado ya se consideran «lluvias muy fuertes».

En ese conjunto de precipitaciones, la hora punta que registró un mayor volumen de precipitaciones fue a las 10:40 horas de la mañana, cuando en solo diez minutos se registraron casi dos litros por metro cuadrado de agua. Desde la Aemet recalcaron que esta cifra estuvo cerca de repetirse en diversos momentos de la mañana de ayer, al ser la intensidad muy estable hasta el mediodía.

Esta cantidad de precipitaciones no dejó grandes incidencias. La más destacada tiene que ver con el desprendimiento de una roca de grandes proporciones en la acera del paseo de Cabestreros, a la altura de la muralla, un poco más arriba del cruce con la calle Cervantes.

Según aseguran fuentes municipales, la roca tendría una superficie de un metro cuadrado. Se precipitó sobre la acera cerca de las diez menos cuarto de la mañana sin causar daños. No hizo falta cortar el tráfico en la zona, aunque sí que acudieron los bomberos a asegurar la zona y a deshacer la roca en trozos más pequeños. Esta ha sido una de las 11 salidas que hasta las 19:00 horas de la tarde habían efectuado los Bomberos de Toledo, en su mayor parte para atender a balsas de agua y canalones, es decir, intervenciones de menor gravedad.

Por la mañana, el viceportavoz municipal, Pablo García, informó de que las lluvias estaban dejando pocas incidencias en la ciudad, al menos hasta ese momento. «El Ayuntamiento está en contacto continuo con los servicios de emergencias, y no le constan altercados por la lluvia, más allá de las goteras en pabellones que siempre aparecen por mucho que trabajemos sobre las cubiertas» destacó García. El viceportavoz también explicó que durante los últimos días previos, el Ayuntamiento había venido limpiando los imbornales, dado que es otoño y las hojas los pueden atascar. Eso sí, el edil recomendó a los toledanos precaución por las caídas, que suelen ser más habituales en el Casco histórico.

La Policía Local de Toledo también estuvo presente en la intervención por el desprendimiento de la roca en el paseo de Cabestreros o en la balsa de agua que se acumuló en la calle Río Fresnedo, en el barrio del Polígono, y que «casi corta una de las direcciones de la vía», según informó la Asociación de Vecinos El Tajo en sus redes sociales. Los hechos ocurrieron en torno a las 11:00 horas de la mañana.

Otras imágenes curiosas se vieron en los arroyos de la Rosa y de la Degollada, al recoger estos un importante cauce de agua que no se veía desde la Dana que azotó Toledo en septiembre de 2021. Varios de los videos que circulan por redes sociales muestran como el agua fluía con fuerza en el punto de canalización del arroyo a la altura del paseo de Don Vicente, en el barrio de Santa Bárbara y que aún se encuentra en obras por los daños que causaron las precipitaciones mencionadas anteriormente.