Cuando en esta Liga jugaban Messi y Cristiano y ambos estaban en plenitud, Antoine Griezmann dijo aquello de que quería «comer en la misma mesa» de ambos genios. Años después, ni el argentino ni el portugués están 'entre nosotros', y el francés atraviesa un momento de forma especial: ya no es el veinteañero con ínfulas sino el tipo que guía a Francia y al Atlético de Madrid hacia su mejor fútbol. Puede que Vinícius sea el más desequilibrante o Lewandowski el gran 'killer' que echábamos de menos en LaLiga, pero ¿y si el 'Principito' es ahora el que pone esa 'mesa'? Suyo fue el gol que marcó la diferencia en el duelo 'hermano' ante el Athletic y suyas las mejores actuaciones individuales de un 'Atleti' que paró la caída en barrena previa al Mundial.
Imparable
Los trillizos Hanson eran aquellos 'gafotas' de la película El castañazo: jugadores de hockey hielo mediocres que, sin embargo, se convertían en estrellas cuanto más duro, violento e insoportable era el partido. De alguna manera, Vinícius parece necesitar ruido y polémica a su alrededor: su versión en El Sadar fue la de un jugador imparable, un peligro constante imposible de frenar... y un tipo feliz en la batalla ambiental:sonrisas, bailes, insultos, miradas... 'Vini' ha decidido ser un 'Hanson', un tipo que es genial en circunstancias normales pero todavía mejor en la batalla. Un arma de doble filo que, de momento, ha decidido continuar disparando.
El 'milagro'
El Barça sigue caminando por el alambre. Mantiene unos números difíciles de explicar (siete goles encajados, 17 porterías a cero en 22 jornadas) viendo partidos como el del pasado domingo. Marcó dos goles en dos minutos y se abandonó, como el ciclista que ya ha culminado su escapada y empieza a celebrar a 500 metros de la meta. El Cádiz lo hizo todo bien, pero se encontró con Ter Stegen, con decisiones arbitrales muy discutibles (no, tocar al portero en el área pequeña no es falta), con los postes... Los culés no saben cómo, pero les siguen saliendo las cuentas.