Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Resolver las contradicciones

04/02/2022

La reforma laboral recién aprobada tiene el reto de validar su eficacia, de convertirse en el elemento esencial que cambie los déficits del mercado de trabajo, la temporalidad, la precariedad, el restablecimiento del equilibrio entre trabajadores y empresarios a la hora de la negociación colectiva. Ahora se trata de desarrollarla para que todo el debate que ha generado se traduzca en la mejoría de las condiciones de trabajo y en el control para acabar con los mecanismos de fraude en relación con los contratos temporales. Habrá que esperar a los próximos cifras de paro y empleo para conocer si la reforma aprobada por el Gobierno resulta eficaz y es la que se necesita, o si se convierte en una  nueva frustración.
Que la reforma laboral, por primera vez, se haya realizado mediante el acuerdo entre los agentes económicos y sociales es una muestra de lo que necesita la política española en todos los ámbitos, la voluntad de acuerdo. Cuando tanto se reivindica la política de pacto de los primeros tiempos de la Transición, la contrarreforma laboral, limitada, es un ejemplo.
Ahora bien, la reforma aprobada ha generado un sinfín de contradicciones, que cada partido y organizaciones tienen que explicar y gestionar. Las dos patas del Gobierno están detrás del acuerdo aprobado, pero ni ha sido una derogación completa ni un camino de rosas cuando dos vicepresidentas se miraban de reojo y con recelos. La reforma de Yolanda Díaz ha acabado siendo la reforma del Gobierno y lo que podía ser la rampa de lanzamiento del proyecto de Yolanda Díaz se ha quedado en un trampolín.
Contradicciones que afectan a los partidos de izquierda que no han apoyado la reforma del gobierno, sobre todo a ERC, que niegan el acuerdo aprobado por los sindicatos. Cierto que los partidos han sido los últimos invitados a la mesa del acuerdo y que en su negativa aparecen tics nacionalistas, -también en el PNV- pero su decisión tiene derivadas políticas incluso en su territorio con el cambio en la política de alianzas.
La contradicción en el PP también es evidente, por mucho que consideren que la reforma del Gobierno de Rajoy era la más moderna de Europa y la más eficaz para el desarrollo empresarial y la creación de empleo, la tasa de paro llegó a ser la más alta de la historia y puso una vela a Dios y otra al diablo con el voto de sus socios navarros a favor de la reforma. Y es también singular en el caso de Ciudadanos, convertido en el salvador de la votación al suplir a los socios habituales del Gobierno, pero con lo que tratan de salvar su pellejo, con consecuencia para la estabilidad de la mayoría parlamentaria,  aunque se prevé que sea una tormenta pasajera porque todos los partidos que sostienen al gobierno están interesados en que la legislatura continúe el mayor tiempo posible. También la patronal deberá aclarar cuál de sus almas se impondrá a la hora de desarrollar el acuerdo
Y la última contradicción es que partidos tan opuestos como Vox y EH Bildu, PP y ERC sumen sus votos contra la reforma pactada por los sindicatos, si bien desde posiciones distintas, pero eso no se refleja en el panel de voto. Con la reforma aprobada por la mínima los trabajadores habrán recuperado derechos que habían perdido en 2012, y aunque se quede por debajo de las promesas iniciales, una vez más lo mejor es enemigo de lo bueno.