Indignación en Polán por el segundo robo de crucifijos

J.M.
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El Ayuntamiento ha contabilizado 39 piezas macizas de cobre expoliadas y presentará una denuncia conjunta. Algunas familias han sufrido por segunda vez el robo en las sepulturas

Indignación en Polán por el segundo robo de crucifijos

El alcalde de Polán, Pedro Cano, recibió el miércoles una llamada pasadas las nueve de la mañana y acudió al cementerio. Los visitantes más madrugadores habían advertido una anomalía: faltaban crucifijos de las lápidas. El regidor de los Montes de Toledo comprobó que el expolio había alcanzado a la sepultura de sus padres. Y el recuento ha elevado la cifra a 39 piezas de cobre sustraídas. Llueve sobre mojado en esta localidad que sufrió un suceso idéntico el 26 de febrero de 2019.

Cano habla de «una indignación contenida» general entre las familias afectadas por el robo. Algunas de ellas sufren por segunda vez el robo de los crucifijos de las tumbas de sus familiares. De nuevo, tendrán que pasar por el trago de denunciar las sustracción; de hecho, el Ayuntamiento gestiona una denuncia común que entregarán el próximo día 17 a la Guardia Civil.

Los agentes se han desplazado ya al cementerio de Polán para comprobar el modus operandi del robo, idéntico al ocurrido hace casi justo un año. Los autores apalancaron las piezas y se las llevaron salvando la misma tapia. El expolio se ha efectuado en la misma zona del camposanto con una selección muy clara.

Los 39 crucifijos estaban hechos con cobre macizo y descartaron, por tanto, los huecos. «Me imagino que los utilizarán para fundir», aventura el alcalde, quien apostilla que sacarán «dos perras» de beneficio por este robo.

El alcalde recuerda que hubo un suceso similar años antes del robo de febrero de 2019, por lo que el cementerio de Polán ha sufrido por tercera vez la sustracción de los crucifijos. En ningún caso, se registraron detenciones.

El valor de los crucifijos macizos alcanza los 500 euros, y los 200 euros en el caso de los huecos, opción elegida ya por familias polanecas ante los sucesos anteriores. «Hay vecinos que se disgustan y otros menos. No han hecho otro tipo de profanación», subraya el alcalde, quien informó ayer del expolio en las redes sociales municipales.

El cementerio de Polán está a unos 300 metros de las primeras casas del núcleo urbano, pero el alcalde precisa que los autores pudieron meter un coche por un camino pegado al camposanto que hace imposible la detección por parte de los vecinos.