Quero, El Casar de Escalona y Alcaudete: el Toledo vaciado

Álvaro de la Paz
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Son los tres municipios de la provincia con más de un millar de habitantes censados en 2010 que más población han perdido en la última década, alrededor de un 25%

Quero, El Casar de Escalona y Alcaudete: el Toledo vaciado - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

La mayor parte de las localidades de Toledo han visto mermados sus padrones municipales durante la última década. La reducción de los respectivos tamaños de los censos alcanza a tres de cada cuatro de los más de dos centenares de pueblos que integran la provincia. En estos núcleos diezmados, que sufren un goteo constante año tras año, la población emigra o se muere. Apenas llegan nuevos habitantes por la carencia de atractivos económicos que permitan llamar primero y fijar después a tales vecinos. La sangría en el número de habitantes se traduce en la pérdida de servicios públicos y privados.

La radiografía de la despoblación refleja un patrón similar allá donde se viene haciendo presente. La lejanía respecto a las capitales, la falta de un tejido productivo denso, una red de comunicación terrestre y digital mal articulada y la ineficacia de los esfuerzos de la administración para revertir un éxodo cuyos inicios se remontan a la segunda mitad del siglo pasado son los elementos permanentes que explican un fenómeno vívido entre la opinión pública. Las causas que provocan el decrecimiento poblacional en determinadas áreas son conocidos, no así las recetas para remediar que las diásporas de centenares de pequeñas localidades sean cada vez más numerosas.

En el caso de Toledo destaca el avance de la despoblación por las zonas occidental y meridional de la provincia. La bajada en los padrones municipales se manifiesta con nitidez en comarcas como La Jara y los Montes. La pérdida de habitantes es más acusada en los pequeños pueblos, en aquellos en los que su padrón se mide por centenas e incluso decenas. Más preocupante, sin embargo, resultan aquellas mermas que limitan los vecindarios de pueblos con más de un millar de residentes. Durante la última década, tres municipios toledanos de más de 1.000 empadronados en el año 2010 han sufrido recortes de alrededor del 25% de sus censos. En Quero (-25,81%), El Casar de Escalona (-22,47%) y Alcaudete de la Jara (-21,22%) han ido diciendo adiós en los últimos diez años a uno de cada cuatro vecinos. La magnitud del dato ahonda en un problema que alcanza también a municipios de entidad, con más posibilidades y atractivos en algún momento de su historia reciente.

tres rincones diferentes. La profundidad de la caída resulta especialmente lesiva en cuanto compromete el futuro inmediato de localidades que sí han gozado del favor ciudadano como lugar para el desarrollo de un proyecto vital y que ahora languidecen. Según su ubicación en el mapa de la provincia, los tres municipios con más de un millar de habitantes en 2010 cuya población más ha minorado se ubican en rincones diferentes y se les intuyen problemáticas distintas, si bien se adivinan causas similares como las de lejanía respecto a los centros capitalinos, pocas oportunidades empresariales y problemas de infraestructuras.

Quero ha perdido el millar de habitantes que rebasaba al inicio de la década. La última revisión de su padrón municipal sitúa la cifra de habitantes en los 986, lejos de los 1.329 de 2010. La distancia que separa a esta localidad de La Mancha toledana, fronteriza con la provincia de Ciudad Real y muy próxima a los límites administrativos de las de Cuenca y Albacete, de Toledo y Madrid repercute negativamente en su desarrollo. Además, los trazados de la A-4, la CM-42, la A-43 y la AP-36, vías de gran capacidad, forman un cuadrilátero de notable extensión en el que este pueblo queda en el medio pero no junto a cualquiera de ellas. Las grandes autovías y autopistas que unen el centro con el sur y el este de la península pasan cerca de Quero, pero no lo hacen tan próximas como a otros municipios vecinos con más músculo.

Otras localidades manchegas enclavadas en Toledo, incluso aquellas que reúnen en torno a los 10.000 habitantes, también están sufriendo la reducción de sus padrones. Las localidades de Madridejos (-7,61%), Consuegra (-8,65%), Quintanar de la Orden (-14,32%), Mora (-7,59%) o Villacañas (-9,94%) retroceden en número de habitantes. Las caídas experimentadas en el último decenio corrigen el incremento de vecinos observado al inicio del siglo, procedente esencialmente de la inmigración de terceros países. La capacidad de las industrias tradicionales de la zona (intensiva en cultivos como vid y olivo, transformación de recursos madereros y sector logístico) para competir en los grandes mercados marcará el futuro de la parte suroriental de la provincia.

La zona de la A-40. El Casar de Escalona, por su parte, se erige como la localidad más afectada por los estragos de una crisis económica que golpeó con fuerza a la comarca de Torrijos, especialmente a aquellos municipios más alejados del trazado de la A-5 y la A-40. El paro se disparó en el territorio intermedio entre Torrijos y Talavera, también en estas dos grandes ciudades de la provincia. La caída del padrón se intuye como la consecuencia directa de aquellas estrecheces económicas hoy solo enjugadas. Según los datos censales, en El Casar quedan 1.725 vecinos de los 2.225 que hubo en 2010, medio millar menos. En localidades próximas el registro de habitantes también ha menguado de forma notable: caen El Carpio de Tajo (-15,84%), Malpica de Tajo (-19,58%), Cebolla (-15,62%) o la más pequeña Paredes de Escalona (-29,75%).

La Jara es, junto a Los Montes, la comarca más castigada por la despoblación en la provincia. Los vecinos de esta franja situada en el oeste de la provincia empezaron a emigrar hacia las grandes ciudades del país de forma masiva a partir de las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado. El goteo no se ha detenido. Encajada entre la zona occidental de la provincia y Extremadura, la comarca sigue siendo un territorio mal articulado por carretera y vía férrea, que no ha recibido inversiones suficientes y en la que no hay empresas ni actividades productivas capaces de articular industrias potente con sus consiguientes oportunidades de trabajo.

Sin otra localidad de referencia que Talavera de la Reina, también afectada por la crisis, La Jara trata de encontrar ingresos en el turismo y en aquellos vecinos ocasionales que regresan a sus pueblos de origen en verano y periodos vacacionales. Pero los censos de sus principales siguen cayendo. En Alcaudete solo quedan 1.648 habitantes (había 2.092 en 2010); en este periodo, Belvís de la Jara y Los Navalmorales se han hecho (un 16,51% y un 7,7%, respectivamente) más pequeños.