Los bomberos, dipuestos a movilizarse para subir de categoría

J. Monroy
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Csif denuncia que los de Toledo son los bomberos peor pagados en horario ordinario en la región y de los pocos que aún no han alcanzado el grupo C subgrupo C1, impuesto por ley en casi toda España

Los bomberos, dipuestos a movilizarse para subir de categoría - Foto: David Pérez

Los bomberos de Toledo son los peor pagados de la región en horario ordinario. Cobran un plus por la ampliación de jornada de 35 a 37,5 horas a la semana, pero sin el mismo, «un bombero en Toledo recién entrado, con sus pluses de toxicidad, nocturnidad y peligrosidad, cobra 1.600 euros, cuando un auxiliar administrativo en el Ayuntamiento cobra 1.500, creemos que esto no es de recibo». El mismo bombero en la comunidad de Madrid cobraría 2.300 euros. Esto ocurre así, explica el delegado de Csif JesúsMuñoz, porque Toledo es una de las pocas capitales de provincia de España en las que, bien por ley regional, bien por reconocimiento local, no pertenecen ya al grupo C, subgrupo C1. Tras el rechazo del último Pleno, con los votos del PSOE y el concejal no adscrito, a la subida salarial, los bomberos se plantean seguir negociando, siempre abiertos al diálogo, y quizás comenzar a movilizarse en septiembre.

En estos momentos, explica Muñoz, «los bomberos estamos desarrollando la profesión de una manera totalmente actualizada, que nada tiene que ver con el encuadre que tenemos, de prácticamente obreros no cualificados». Por la complejidad de su trabajo, niveles de actuación y herramientas que manejan, apunta el delegado de Csif, «tenemos una especialización que no está recogida». De una manera o de otra, en diversos lugares de España sí se está haciendo. El objetivo de la plantilla de la ciudad es que también ocurra en Toledo. Curiosamente, «nos choca mucho que cuando ocurre un determinado siniestro donde los bomberos tenemos un protagonismo no deseado, nuestros políticos, los que gobiernan y los que no, nos reconocen la labor. Pero nosotros creemos que ese reconocimiento no es completo, queda en una palmadita y una foto. Queremos un reconocimiento profesional, que también lleva aparejado un reconocimiento económico».

Largas negociaciones. Desde hace 24 años, apunta Muñoz, los bomberos de la ciudad están tratando de conseguir lo que ya tienen prácticamente todos sus compañeros de España, es decir, una promoción desde el grupo C, subgrupo C2, al subgrupo C1. En realidad, «es una tendencia a nivel nacional el reconocimiento de la profesionalización de los cuerpos de bomberos». Normalmente, se ha hecho a través de legislación autonómica, algo de lo que solo carecen ya Castilla-La Mancha y Extremadura.

Esta mejora de categoría conllevaría no solo una mayor remuneración, sino otro tipo de mejoras y un mayor reconocimiento. El problema, apunta Muñoz es que «ningún Gobierno en estos veintipico años ha tomado cartas en el asunto, ni se ha interesado por el tema, ni aunque se lo hayamos pedido por escrito, o de forma verbal o con manifestaciones como la de la pasada legislatura, en la que fuimos hasta el palacio de Fuensalida todos los bomberos de Castilla-La Mancha». Algunos grupos políticos han querido regularlo todo, como ha ocurrido con la Ley de Coordinación de Policías Locales, pero a la postre no ha ocurrido.

Tampoco ninguna regulación nacional ha dado respuesta a este vacío autonómico. La regulación, está atascada desde 2019 y eso que la propuesta la aprobaron todos los grupos políticos.

A nivel local, después de muchas promesas, apunta Muñoz, lo que hizo en diciembre el equipo de Gobierno fue «en lugar de hacer un informe que avale nuestra petición, pidió un informe que justificara lo contrario». En la anterior legislatura, la excusa fue que ningún bombero de la región tenía subgrupo C1. Ahora ya hay varios municipios en la región, «donde los políticos que gobiernan sí han hecho un reconocimiento efectivo», amén de todos aquellos que tienen le económica. En definitiva, «nos dijeron que por su parte no habría ningún problema, cuando lo que vemos es que por su parte no hay ninguna voluntad». A todo ello hay que sumar falta de personal, dado que «las dos dotaciones diarias de servicio en Toledo no se hacen con personal, sino con guardias extraordinarias. El equipo de Gobierno tampoco ha sido capaz de ajustar la plantilla a las necesidades reales, no han sacado ni una plaza de bomberos, solo cubren jubilaciones, mientras crecen la ciudad y los riesgos».

Próximamente, los representantes sindicales de los bomberos se reunirán con los concejales de Personal, Paco Rueda, y Seguridad Ciudadana, Juan José Pérez del Pino. Muñoz destaca que en esta plantilla «siempre hemos estado abiertos al diálogo, aunque no es el caso de esta Corporación». Si sigue sin llegar una solución, las movilizaciones podrían comenzar en septiembre para plantear un nuevo escenario, «porque no vamos a renunciar al reconocimiento profesional».