Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


A hacer puñetas

28/07/2022

A hacer puñetas
me la juego
ana nodal
Los amantes del cine clásico seguro que recuerdan ese antológico final de 'Duelo al sol', en el que Jennifer Jones y Gregory Peck se funden en un beso como colofón a una trágica historia de amor. El calor y la angustia se palpan en esta obra maestra que yo reinterpreto sin glamour cuando atravieso la explanada de las escaleras mecánicas de Recadero. Sí, queridos lectores, una que siempre ha sido muy fantasiosa, amén de cinéfila, está convencida de que sobre esa extensión de cemento cabe cualquier escena de desesperación. Toledo en verano. Abrasadora. Árida. Tórrida. Desoladora.
Caminamos deambulando bajo las escasas sombras que nos proporcionan los esquilmados árboles de nuestras calles y sin una fuente para refrescarnos. Estamos agotados, adormecidos, medio muertos, mientras esperamos que el termómetro nos dé un respiro, porque hemos desistido en nuestro empeño de demandar toldos o cualquier elemento que haga nuestra existencia más llevadera.
Y es que en Toledo no pasa nada. No avanza. Si acaso, retrocede. Los que nacimos hace unas cuantas décadas recordamos el frescor de la Vega y sus horchatas, los árboles que adornaban el Paseo del Miradero e, incluso, esas parcelas del entorno del colegio de la Fábrica de Armas, con sus cereales y sus riegos. Y qué decir del río.  Ahora el cemento lo invade todo y la aspiración a una ciudad sostenible no es sino un mantra que se repite sin pudor. Las voces que claman contra esta situación son cada vez más numerosas. Tan exhaustos como la propia Toledo, sus vecinos asisten resignados a un desfile de obras previas a las próximas elecciones, recordando aquella vieja filosofía política de que los votantes solo recuerdan lo último que sus gobernantes hacen por ellos. Pues no, espero que aquí no olvidemos quiénes son los responsables de que la antigua capital imperial se haya convertido en una ciudad inhabitable, con una actividad que languidece, sin opciones para aliviar una canícula que este año nos castiga con especial rigor.
A esta situación se une el elevado precio de las piscinas en Toledo, en medio de una economía asfixiante, que impide a muchos salir de vacaciones y les obliga a mirar de reojo el ventilador. No es muy halagüeño lo que viene, las 'curvas' que ha vaticinado Page antes de asistir, cual monaguillo, al último cónclave de Ferraz.
A ese sinuoso futuro al que alude el presidente, se une la previsión de una dana para el otoño. Eso lo dice la alcaldesa meteoróloga Tolón, quien se pasea entre las obras como Pedro por su casa, sin conseguir que Toledo sea una ciudad viva, más allá de esa imagen estática para contemplar, obnubilados, desde el Valle. Y demos gracias, porque cualquier día da licencia a un hotelito con alguna altura de más y nos tapa esa vista eterna con total descaro. Corren malos tiempos. Tanto es así, que estoy por seguir el consejo del sindicalista Pepe Álvarez, quien nos ha llamado a disfrutar de las vacaciones y mandar a hacer puñetas a cuantos nos lo impidan. La lista sería larga, señor líder de UGT. Y puede que usted formara parte de ella. Toledanos y toledanas, a protegernos del calor, a salir airosos del estío y a no cerrar las puertas a la ilusión, que el otoño debe significar un despertar frente a la dejadez y apatía. Feliz verano, queridos lectores.