Detenido el prófugo que abusó sexualmente de dos menores

F. J. R.
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Llevaba dos años huido y se escondía en una localidad cercana a Cali (Colombia). Abuso en Toledo de su hijastra, menor de 13 años, y de la hija de una amiga de su pareja. Está pendiente de extradición

Detienen al prófugo que abusó sexualmente de dos menores - Foto: ï»VÁ­ctor Ballesteros

Ha estado dos años fugado de la Justicia, pero finalmente la orden internacional de detención cursada contra un ciudadano colombiano condenado a 12 años de cárcel por abusar sexualmente de dos menores de edad en septiembre de 2016 ha dado sus frutos.

El pasado 23 de junio, en un municipio cercano a la ciudad de Cali, en Colombia, llamado Yumbo, los agentes de la policía de ese país sudamericano, en colaboración con el equipo de fugitivos de la Policía Nacional, daban con el paradero del fugado y procedían a su detención. Actualmente, el prófugo permanece en prisión a la espera de que sea extraditado a nuestro país para cumplir la condena de 12 años de cárcel que le impuso la Audiencia Provincial de Toledo.

«Me declaro inocente». Esas fueron la últimas palabras que apuntó el acusado el 22 de septiembre de 2016 antes de que el presidente del tribunal diera el visto para sentencia. Fue un proceso con relatos duros, puesto que el juicio se basaba en dos delitos de abusos sexuales continuados a dos menores.

La primera víctima era su hijastra, que según declaró soportó los abusos durante casi seis años. La segunda era la hija de una allegada de la familia, que convivió un tiempo en el domicilio familiar, situado en la calle del Cristo de la Luz, en el Casco Histórico.

En ambos casos, las acusaciones mantuvieron que las dos niñas contaban con once años cuando se iniciaron los abusos a pesar de que el acusado y su abogado negaron que las relaciones sexuales con la hija de su mujer se produjeran antes de los catorce años.

La cuestión de la edad fue durante el juicio de especial relevancia. La legislación establece que una menor de once años no tiene facultad todavía «para consentir o no una relación sexual», así que la acusación incidió durante todo el proceso en esta cuestión para llamar la atención del tribunal. Buscaba así una condena ajustada «a unos hechos probados» según su informe, en el que solicitaba 15 años de prisión, 10 por el delito cometido contra J.V.M.E., la menor que llegó con su hermana procedentes de Colombia en 2007 para residir con su madre en un domicilio del Casco; y otros cinco por los tocamientos que realizó a N.C.R. durante el tiempo que la niña convivió con la familia.

La defensa del acusado, por su parte, aludió durante el juicio constantemente a la voluntad de la primera menor durante las relaciones sexuales. Pidió la absolución porque entendían que el padrastro y la víctima «eran pareja» y las relaciones fueron consentidas desde el primer  momento.

Además, la defensa sostuvo que las supuestas agresiones no pudieron cometerse en los horarios que apuntó la joven porque él trabajaba y ella iba al instituto, e insistió en que la declaración de su madre también pone en entredicho los abusos sexuales porque está movida «por la sed de venganza» tras descubrir que su marido y su hija mantenían una relación.

El abogado del procesado también insistió en que el relato de la víctima, que contó con detalle los abusos y las relaciones sexuales vaginales, anales y bucales y la fuerza del acusado para someterla. La defensa apuntó entonces que «no eran verosímiles», y defendió que su cliente no la agarraba del cuello porque su envergadura no le permitía hacerlo «todo a la vez».

Dos médicas forenses señalaron en la sala que la joven sufría secuelas provocadas por la situación y arrastraba un problema de estrés que desencadenó en un cuadro  «ansioso-depresivo». Los informes de los psicólogos forenses apuntaron «que el relato de la joven era creíble» .

Finalmente, el 11 de octubre de 2016, la Audiencia Provincial de Toledo condenó al acusado a 12 años de cárcel, diez por un delito de abuso sexual con acceso carnal por vía anal y vaginal contra una menor de 13 años (la hija mayor de su pareja), y otros dos por un delito de abuso sexual contra otra menor de 13 años (la hija de una amiga de su pareja).

El acusado, que en esos momentos no se encontraba detenido, aprovechó para fugarse de España y ocultarse en su Colombia natal, donde finalmente ha sido arrestado y desde donde retornará a España para cumplir su condena.