Toledo renovó ayer una promesa de 822 años. El cabildo de la Catedral, el Ayuntamiento y centenares de fieles honraron el voto que en el año 1200 hicieron ante la Virgen de la Esperanza, tras la milagrosa desaparición de la peste por las calles donde procesionó la talla. Ayer, siglos después y una nueva pandemia de por medio, la señora de la iglesia de San Cipriano procesionó de nuevo por las calles arropada por el cariño de los toledanos.
La jornada festiva arrancó a las ocho de la mañana, con una misa de peregrinos en su templo. Fue la antesala de la Procesión del Voto, una de las tradiciones más antiguas de la ciudad que llevaba ya dos años sin salir a la calle.
La Virgen de la Esperanza, fuertemente arropada por sus fieles y cofrades, recibió en la plaza del Ayuntamiento a una representación de la corporación municipal, presidida por la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón. Juntos, con los acordes del himno nacional resonando, accedieron a la Catedral por la Puerta Llana, en donde fueron recibidos por una representación del cabildo.
Toledo cumple su voto con la EsperanzaLa entrada en el templo fue emotiva y muy aplaudida, tanto que algunos turistas, llevados por el desconocimiento, confundieron a la Esperanza con la Virgen del Rocío. Pero la de ayer era otra procesión, más antigua y toledana.
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Toledo cumple su voto con la Esperanza
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Dentro del templo primado, tras dos años sin verse, se produjo el reencuentro de dos 'hermanas'. La Virgen de la Esperanza se reencontró con la Virgen del Sagrario en su capilla y, tras ofrenda floral y cántico de Salve, se retomó la procesión por las calles en dirección a los Jesuitas. Allí, se ofició misa de acción de gracias por el voto para, al término, retornar a San Cipriano con el juramento ya renovado.