«El susto fue grande, pero ya estoy listo»

J. M. Loeches
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El colegiado toledano Javier Alberola Rojas cuenta el problema de salud que le ha mantenido alejado del arbitraje, y asegura estar preparado para volver

j. m. loeches / toledo

Después de la Copa del Mundo, Javier Alberola Rojas volverá a pitar un partido de Primera División. Ya ha dirigido algún amistoso y otro de División de Honor Juvenil. Un problema de salud le ha mantenido apartado de los terrenos de juego durante cuatro meses, y los canales de la Real Federación Española de Fútbol han querido que el toledano lo cuente. «El susto ha sido grande, pero, por suerte, volveré pronto; tengo muchas ganas, y estoy muy contento porque todas las pruebas son favorables», reconoce Alberola Rojas.

Todo empezó el pasado verano, durante las pruebas físicas a las que se someten todos los colegiados en La Granja de San Ildefonso. «Me encontraba mal, y no pasé las pruebas, así que me saltaron las alarmas», cuenta el toledano, que venía notando que tenía un brazo un poco hinchado. Rápidamente, llamó a un enfermero amigo suyo del Hospital Universitario de Toledo, Miguel Jiménez, quien le mandó directamente para el centro.

«El susto ha sido muy grande»«El susto ha sido muy grande» - Foto: David PérezEl dictamen fue claro: dos venas obstruidas a la altura de la clavícula. Pero Javier Alberola tuvo mucha suerte: «La circulación se cortó, pero en dirección hacia el brazo, y no hacia la cabeza o el corazón, lo que hubiera traído un escenario más grave».

El colegiado fue intervenido inmediatamente por el cirujano vascular Ángel Flores. En el reportaje difundido por la RFEF, asegura que todo salió «perfecto» y que ahora mismo, el árbitro «puede hacer vida completamente normal». Se le retiró la costilla accesoria que le había provocado la obstrucción, y luego, tras recuperarse, recibió el alta hospitalaria para irse a casa.

Sin embargo, a los tres días, Alberola Rojas tuvo que ser ingresado de nuevo porque la intervención le había provocado un neumotórax. A los médicos les costó encontrar la causa del nuevo malestar, pero, tras retirarle unos dos litros y medio de sangre, se pasó prácticamente un mes en el hospital «con fiebre, medicación y reposo absoluto», como narra él mismo.

Carlos Almonacid, jefe de Neumología del Hospital Universitario de Toledo, reconoce que «lo ha gestionado bien». Quizás por encima de las expectativas, pues, como añade, «había que pararle y hacerle ver que lo que le había pasado era algo serio».

Javier, visiblemente emocionado en el vídeo, confiesa que durante los primeros días no podía ni calzarse porque sufría muchos dolores. Ha sido fundamental para él el apoyo de sus padres, de su hermano, de Laura y de sus amigos. «Han estado siempre ahí, y muchos me han brindado su ayuda para lo que hiciese falta», dice. Incluso, sus asistentes se desplazaron a Toledo durante la operación: «Mis padres me contaron que llamaban todo el día para interesarte».

Pero el calvario queda atrás, y el toledano volverá a ser designado con la reanudación de la Liga en Primera, a partir del próximo 29 de diciembre. El 27 de noviembre dirigió el partido de División de Honor Juvenil entre el CD Toledo y el Albacete Balompié, en el Anexo Paulino Lorenzo, y la semana pasada, saltó al césped del Coliseum Alfonso Pérez para pitar el amistoso entre el Getafe CF y el Chivas de Guadalajara. Al acabar, miró al cielo y dio gracias por continuar. Por seguir sumando. Por vivir.