Toda historia tiene su final. Dependiendo del devenir de la misma, este momento inevitable puede estar salpicado por el látigo de la indiferencia, o regadado por las lágrimas, bien sea de alegría por lo logrado o de rabia por lo que quedó por conseguir.

La última cita del consejo asesor del VIII Centenario de Alfonso X estuvo cargado de emociones, cuando los diferentes miembtos fueron tomando la palabra para agradecer y felicitarse por el trabajo realizado. 

El centro de los agradecimientos los coparon dos emocionados Martín Molina y Teo García. Ambos, coordinador del VIII Centenario y concejal de Cultura, pusieron de manifiesto que lo logrado ha sido «por la suma de todos». Palabras que resonaron en el patio del Ayuntamiento, indistintamente de quien tomase la palabra siendo uno u otro su signo político o cargo.

Precisamente esta coordinación y «unanimidad» a la hora de tomar decisiones fue lo que el responsable de Cultura puso de relieve en su  intervención destacando que «con los medios que hemos tenido, solamente ha podido salir adelante gracias a la voluntad y al esfuerzo».

García también rompió una lanza en favor de la «capitalidad universal de la cultural que posee Toledo», desterrando la necesidad de títulos para que la ciudad se erija en algo que ya es, según el edil, que terminó «tendiendo la mano» a las autoridades eclesiásticas, de cara a los actos conmemorativos del octavo centenario de la Catedral.

Martín Molina por su parte, habló «desde el corazón y sin discurso preparado», agradeciendo a los presentes y a «todos aquellos que lo han hecho posible», un discurso que acabó siendo extenso, y en el que subrayó la importancia de la exposición en el Museo de Santa Cruz.