Pablo Corrales

Desde mi tribuna

Pablo Corrales


El mosaico del Virgen de la Salud y el Museo de Arte Contemporáneo de Toledo

07/06/2022

En estos días se han sucedido diversas iniciativas para la protección del mosaico situado a la entrada del antiguo Hospital Virgen de la Salud de Toledo. Este mosaico, obra de Santiago Padrós Elías, refleja fielmente una tendencia cultural típica de los años 50 y 60 del siglo pasado: la decoración artística de edificios públicos. Ejemplos de ello se encuentran en la Universidad Laboral o este mismo mosaico que ahora nos preocupa. En aquel entonces, la administración no tenía ningún problema (ni complejo) en la inserción de obras  -realizadas por  los artistas más relevantes del momento- en  edificios oficiales o en los poblados de colonización. Así, se legó a la posteridad la obra de artistas tan notables como Hernández Mompó o Pablo Serrano en Ciudad Real en los poblados de colonización o la que nos ocupa de Santiago Padrós a la ciudadanía toledana.
De esta forma, tenemos entre nuestro patrimonio una excelente muestra artística del arte español de mediados del siglo XX realizada por un artista que en aquellos años tuvo una enorme trayectoria en el arte del mosaico, con producciones en toda España, como refleja su trabajo en la cúpula del Valle de los Caídos, pero que se extiende incluso por todo el mundo con trabajos en Puerto Rico o la India y que se cortó abruptamente con su muerte en 1971, cuando se encontraba en pleno apogeo artístico. Quizás su obra en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo haya podido pasar más desapercibida (por la fuerza de costumbre) pero ello no resta un ápice de calidad a la obra del catalán Santiago Padrós que refleja el momento artístico de la España de aquel momento a través del trabajo del arte del mosaico.
Llegados a este punto nos encontramos con el Hospital Virgen de la Salud de Toledo cerrado y con la perspectiva de ser demolido en un futuro no muy lejano. Se trata, por tanto, de actuar con diligencia para no perder esta obra artística y que siga siendo parte del patrimonio cultural de esta ciudad. Ante ello, y como algunos reclaman hay dos alternativas, su protección legal como BIP (Bien de Interés Patrimonial) según la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha y su posible reinstalación en el nuevo Hospital Universitario o bien que forme parte de las colecciones del Museo de Santa Cruz de Toledo, donde estaría protegida mediante la figura de BIC (Bien de Interés Cultural) como todos los bienes culturales que en él se custodian. La extracción de esta obra -si se realiza por manos expertas- no plantearía mayor problema y su nueva puesta en valor no tendría tampoco un gran coste. Pero aquí llegamos al nudo de la cuestión, ¿y para qué en el Museo de Santa Cruz? ¿para qué quede guardado y almacenado? Aquí es dónde la sociedad toledana, todos a una, deberíamos reivindicar que su Museo de Arte Contemporáneo vuelva a resurgir y sus fondos a exponerse como es de justicia. Este museo se encuentra desmantelado desde 2001 sin una causa que lo justifique, excepto la desidia y el pasotismo quienes deberían trabajar por la cultura de nuestra ciudad. En este Museo de Arte Contemporáneo, cuyos fondos precisamente coinciden con el momento en el que esta obra fue realizada por Padrós, el mosaico en cuestión compartiría espacio y dignidad con obras de, por ejemplo, Álvaro Delgado, Amalia Avia, Juan Barjola o Menchu Gal, entre otros, que constituyen un fondo de lo mejor de los años 50 y 60 del arte español figurativo. Por tanto, ¿por qué no reclamar la reapertura de nuestro Museo de Arte Contemporáneo al Ministerio de Cultura y a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha? ¿Por qué no reclamar la rehabilitación de la Casa de las Cadenas como se tenía pensado en 2001 para que vuelva nuestro museo con una museografía actual? ¿Por qué no poder contemplar el mosaico de Santiago Padrós junto a la obra de Antonio López o Alberto Sánchez? Ojalá algún día llegue el momento en que los responsables de estos asuntos tengan el mínimo  de sensibilidad cultural que les es exigible y el aprecio necesario por el patrimonio de todos los toledanos. Llegará pronto el día en el que,  frente a las ideas «peregrinas y geniales» de los que pretenden haber descubierto la pólvora del mundo del arte en Toledo, se alcen el respeto, la dignidad y se empiecen a hacer las cosas en base a un plan cultural -local, provincial y regional- serio sin sitio para las ocurrencias. ¡Que llegue pronto!