Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Rehabilitación planificada

03/06/2022

En esta misma columna el viernes pasado planteaba la conveniencia de incluir en el debate sobre el POM, la importancia de la rehabilitación de barrios y edificios como uno de los ejes centrales de ese mismo Proyecto de Ordenación Municipal. Supone introducir un nuevo eje de actuación en los  planes de urbanismo, que lo único  que contemplaban hasta ahora era  la calificación de terreno nuevo para la construcción de nueva planta. Sesgar, tanto como se pueda, la actividad urbanística en la dirección de la rehabilitación daría lugar al surgimiento de una ciudad no solo mejor planificada, sino también más útil, más poblada y más compacta.  
Lo que se propone es que el proceso de rehabilitación del centro histórico y de los barrios, que se han quedado antiguos, sea parte fundamental de la actuación municipal. A su vez significa que deben contemplarse políticas de incentivación  y diseño de los lugares a rehabilitar. No es cuestión de que cada cual actúe como le parezca. Se trata de ajustarse a unos planes previos delimitados por los técnicos y los políticos  para conseguir un conjunto, que ya perfilado, vaya realizándose de acuerdo con unas directrices amplias, pero eficaces. Estos procesos  de rehabilitación deben ser, además, pactados con los vecinos del barrio, especificando cual debe ser la aportación privada y cuales los estímulos y ayudas de las administraciones públicas. Se conseguiría así barrios uniformes, dentro de la diversidad de cada uno, y un conjunto de actividades cotidianas que son las que dan vida a los barrios.  Para entender mejor este proyecto hay que invocar las teorías de Jane Jacobs y su visión de los barrios  como órganos  de relaciones vecinales que facilitan la vida a sus pobladores. «Los distritos urbanos, escribe,  serán lugares gratos económica y socialmente para que la diversidad se genere y alcance su máximo potencial, si poseen buenas combinaciones de usos  primarios, calles frecuentadas, una densa mezcla de edificios de diferentes edades y una alta densidad de población».
Mucho antes de que esta dirección se incorpore  en el nuevo POM de Toledo, en otros lugares se habían planteado  formulas de la rehabilitación como la oportunidad para conseguir ciudades más habitables y orientadas a la calidad de vida de sus moradores. Es decir, nada nuevo en la planificación urbanística.