La provincia gana 1.255 habitantes del resto de España

Álvaro de la Paz
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El flujo con origen y destino en la Comunidad de Madrid explica dos de cada tres movimientos desde Toledo. La población de entre 30 y 50 años, principal grupo de llegada

La provincia gana 1.255 vecinos del resto de España - Foto: ï»Yolanda Lancha

La población residente en Toledo creció durante el primer semestre de 2019 gracias, también, al saldo positivo registrado en los movimientos dentro del país. El balance interprovincial certifica la buena posición toledana dentro del conjunto de España. La evolución de la gráfica de la provincia demuestra cómo los movimientos de población son sensibles a la marcha de la economía. El crecimiento de la riqueza y la aparición de oportunidades de empleo repercuten en la atracción de nuevos habitantes. La provincia perdió población entre 2012 y 2016, un periodo marcado por una crisis que en el caso de Castilla-La Mancha se alargó algunos trimestres más que la media del país. Sin embargo, la recuperación sostenida, a partir de 2015, empujó al territorio, apenas unos semestres después, a dejar los números rojos. Toledo vuelve a recoger más residentes de los que se van a otras provincias españolas.

En el primer semestre de 2019, la diferencia entre quienes partieron desde Toledo hacia otras provincias y quienes se instalaron en esta procedentes de aquellas alcanzó las 1.255 personas. Se trata del dato positivo más elevado desde el segundo semestre de 2010. Esta brecha evidencia que la provincia que alberga la capital regional ha necesitado prácticamente un decenio para alcanzar un ritmo tan favorable en su saldo respecto al interior de España. Toledo atrae más gente de la que repele.

Hasta la provincia llegaron 8.158 personas residentes en el resto de España. Procedentes de la colindante Madrid lo hicieron 5.679 nuevos vecinos (el 69,6%). El saldo entre Toledo y esta región uniprovincial es favorable a la castellano-manchega. Otros puntos destacados según la procedencia de los pobladores más recientes son Ciudad Real (305), Cáceres (157) y Barcelona (144). El factor de proximidad se erige como el factor más importante, dado que las tres que más gente envía hacia Toledo son limítrofes.

En el caso de la provincia, Madrid ejerce como el principal foco de atracción para centenares de jóvenes que buscan mejores posibilidades para el desarrollo de una carrera profesional en la capital del país y la comunidad autónoma formada alrededor de ella, una de las áreas más dinámicas del sur de Europa. De los 6.903 toledanos que salieron rumbo a otra zona española, 4.330 (un 62,7% del total) lo hicieron dirección norte hasta la ciudad española más poblada. Ciudad Real, con 267 antiguos residentes toledanos ahora empadronados allí, es la provincia de Castilla-La Mancha que más antiguos habitantes de Toledo acoge.

Entre los que se van, sobresale el colectivo de veinteañeros. Entre los 20 y los 29 años, hubo 140 jóvenes más que salieron -frente a los que entraron- de la provincia de Toledo. Aunque las estadísticas del INE no aportan una descripción cualitativa, se intuyen como razones más probables la búsqueda de estudios especializados, dada la mayor oferta académica allende los límites de la provincia (como por ejemplo ocurre en el caso de Madrid, capital también universitaria de España). Asimismo, esta comunidad autónoma tiene, comparativamente, una tasa de desempleo más reducida y una renta per cápita más elevada, lo que le hace más atractiva como primera elección para el inicio de la carrera profesional.

Los nuevos habitantes de Toledo procedentes de otras provincias españolas se confirman como perfiles vitales más maduros. El saldo favorable al territorio toledano entre los 30 y los 50 años asciende a 349 personas. El dato es muy positivo: estas franjas de edad tienden a tener en el futuro un compartimiento más estable, dado que escogen su nuevo domicilio como referencia para el establecimiento de su vida. Suelen ser, por tanto, menos proclives a las mudanzas y, además, se encuentran en la edad óptima para tener descendencia y criarla en el lugar de destino. La ventaja competitiva en el ámbito residencial de Toledo respecto a Madrid (algo muy similar ocurre con la provincia de Guadalajara), con precios más reducidos, una oferta de viviendas más amplia y la posibilidad de optar a unas dimensiones de habitabilidad mayores, están detrás de un flujo que explica el nuevo rostro de la población toledana en el presente siglo XXI.