Toledo ahorra más de un millón de € en alumbrado desde 2015

Mario Gómez
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Las nuevas luminarias han permitido una reducción del consumo del 30%. El área de Movilidad está trabajando como establece la Ley de Cambio Climático en la creación de una Zona de Bajas Emisiones que entrará en funcionamiento en 2023

Toledo el alumbrado público de la capital regional utilizará tecnología led en 2023. - Foto: David Pérez

Con el horizonte de reducir la contaminación y acercarse hacia la sostenibilidad, la eficiencia energética y la transición ecológica, el Ayuntamiento de Toledo ha puesto en marcha una serie de medidas que provocarán que el día a día de la ciudad se encamine a la reducción de emisiones y el cuidado del medio ambiente.

La primera de las medidas que ya ha puesto en marcha es el nuevo contrato para el suministro de electricidad, que compromete a que el 100% de la energía que se consuma sea «energía verde», ahorrando en el periodo entre 2014 y 2017, un total de 672,34 toneladas de emisiones de CO2, lo que supone un 10% de la huella de carbono del Consistorio. 

En esta misma línea, se ha procedido a la instalación de luminarias que ofrecen una mayor calidad lumínica así como una notable reducción de consumo, logrando desde 2015 disminuirlo en un 30% y provocando un ahorro de entorno al millón de euros. La actuación culminará en 2023 con la renovación completa del alumbrado público por tecnología led. 

La energía solar es protagonista también en las instalaciones municipales, como por ejemplo en la puesta en marcha en la EDAR de Estiviel de un pionero  sistema de depuración, que utiliza la luz solar como única fuente de energía para llevar a cabo el tratamiento de aguas residuales, generando al mismo tiempo, energía eléctrica.

Asimismo los edificios municipales sufren auditorias periódicas además de contar con sistemas energéticos de bajas emisiones, como las calderas de biomasa del Salto del Caballo o las placas fotovoltaicas del campo de fútbol del Polígono. A su vez, la implantación la administración electrónica, potenciada durante la pandemia, ha supuesto la eliminación del registro en papel y la ampliación del número de trámites que se pueden hacer on line, con el consiguiente ahorro en desplazamientos.

La fecha de 2023 también supone el horizonte en el que se producirá una renovación de la flota de vehículos del transporte público urbano por autobuses de gas natural, contando con los primeros vehículos eléctricos, lo que convertirá a Toledo en una ciudad que va de forma progresiva incorporando vehículos «cero emisiones». Lo que continúa en la línea de las bonificaciones a empresas que toman medidas relacionadas con la eficiencia energética, y la instalación de surtidores de gas natural, menos contaminante que los hidrocarburos.

Una pieza importante de ello lo constituye el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, que encuentra en fase de elaboración, y que apuesta por un modelo que potencie el uso del transporte público y carriles bici, facilite la movilidad peatonal y el aparcamiento y disminuya los desplazamientos en vehículos particulares. El PMUS nace con unos objetivos claros fijados, como son la reducción de atascos y congestión de tráfico, la disminución del consumo de energías no renovables, la mejora del servicio de los medios de transporte colectivo, de la accesibilidad y la calidad ambiental y la recuperación del espacio público.

Precisamente para reforzar este concepto el Ayuntamiento trabaja en el diseño una Zona de Bajas Emisiones, tal y como establece la Ley de Cambio Climático y Transición Energética para las ciudades de más de 50.000 habitantes, y que estará en marcha en 2023.

Otras de las medidas que incluye el Plan de Movilidad es la creación de carriles bus  «en aquellas vías de más de un carril con alta intensidad de tráfico, donde circulen un mayor número de líneas de autobús». Además, los autobuses urbanos resultan muy afectados normalmente por las esperas en los semáforos. Según se desprende del estudio que realizó la concesionaria en Barcelona, el 21% del tiempo de parada de los autobuses está causado por este motivo, un porcentaje llamativo que invita a proyectar la implantación de prioridad semafórica para intentar reducir los tiempos de espera.

La idea consiste en la coordinación de los ciclos semafóricos con el paso de los autobuses urbanos, que ayudaría a ganar en velocidad comercial y competitividad. Se trata de un sistema novedoso en Toledo y se aconseja la realización de una prueba piloto en una primera vía con alta intensidad de tráfico, con mayor número de líneas de autobús y con mayor paso de autobuses antes de adoptar el sistema para el resto de la ciudad.