«El premio no es para mí, para los que ayudamos a los demás»

Mario Gómez
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Marisa Martínez ha dedicado media vida a ayudar a quién más lo necesita. La Gala del XXV Aniversario de La Tribuna de Toledo la ha reconocido con el premio a los Valores Humanos

Marisa Martínez. - Foto: David Pérez

La vinculación de Marisa Martínez con el ámbito social se remonta a sus tareas de voluntariado «30 años atrás», como la propia premiada explica.

Tras ser durante varios años presidenta de la Asociación de Prevención y Ayuda al Toxicómano (Pretox), Martínez fue durante 22 años Directora de Cáritas Diocesana. 

En primera persona y con mucho cariño narra como en 1992 el cardenal don Marcelo González Martín la nombra directora de Caritas Diocesana de Toledo, cargo voluntario que desempeñó hasta el 8 de enero de 2014, llegando Cáritas a tener más de 2.000 voluntarios. De aquella etapa, Martínez recuerda como se ampliaron los albergues de transeúntes que ya había en la archidiócesis -Toledo y Talavera- con la apertura de uno nuevo en Quintanar de la Orden.

Además, la galardonada quiere poner de manifiesto que «con este premio se reconoce la labor de muchas personas como yo, y se premia la labor de todo lo que supone el voluntariado».

Persona muy comprometida, asegura encontrarse «muy contenta con la labor que hoy en día desarrolla», en el Centro Diocesano de Distribución que Cáritas diocesana posee en el Polígono, ya que le «produce una gran satisfacción» trabajar para los que más lo necesitan.

Períodos de crisis o dificultades son los que ponen de relieve la necesidad del voluntariado, como la propia premiada reconoce, algo que «mientras tenga salud seguirá haciendo», y de lo que dan buena muestra los «más de 6.000 regalos que ya ha preparado par los próximos reyes», o la gestión de las donaciones que llegan a la entidad diocesana.

Por ello es que no le importa «ser muy pedigüeña, ya que pedir para otros no debe dar vergüenza». Un premio que recibe llena de agradecimiento ya que es «lo único que se puede hacer en estos casos», puesto que el mérito no es «solo» suyo.