"Da la impresión de que se ha alcanzado ya el pico de esta tercera ola pandémica". Lo ha avanzado esta mañana el director general de Salud Pública de Castilla-La Mancha, Juan Camacho, que hizo esta proyección "con toda la prudencia y sin ningún optimismo".

El dato principal para apoyar que Castilla-La Mancha estaría caminado hacia la meseta de esta tercera ola sale de comparar los contagios de la última semana, la número 3, con la anterior. Cuando esa comparación entre semanas da una tasa por encima del 1 indica que el ritmo de contagio está creciendo, algo que lleva pasando desde finales de diciembre. Especialmente llamativo fue el incremento entre la primera semana de 2021 en comparación con la de 2020, cuando se marcó una tasa de 1,8, duplicando el crecimiento de la curva de contagios en una semana. Sin embargo, la comparación de la tecera semana, la que va del 18 al 24 da una tasa por debajo del 1. Ya está en el 0,9.

Con todo, Camacho no ocultó que la situación es "mala", así que este dato de reducción de la tasa no tendría por qué reducirse en una relajación de medidas, que es algo que se estudiará dentro de dos días. "Hablamos de una meseta, pero de una incidencia muy elevada", apuntó.

Mañana de hecho, se reúne el Comité Técnico Ejecutivo de Respuesta frente al Coronavirus  presidido por Page para decidir si las medidas de nivel 3 reforzado para toda Castilla-La Mancha se prorrogan más allá del viernes, cuando expiraba el plazo de diez días.

Cuanto antes se ponen las restricciones, antes baja. Camacho sabe que las medidas de restricción que se han adoptado son «durísimas» y asume el sacrificio que está haciendo la población. En estos momentos, por ejemplo hay confinamiento perimetral en cada municipio y la hostelería está cerrada. Pero subraya que da resultado. «Están siendo efectivas para luchar contra la pandemia», apuntó, «el tiempo que está pasando desde su implantación nos está demostrando su eficacia».

Camacho señala que la incidencia comenzó a subir en las fechas de finales de mes de diciembre «en muy probable relación con la situación de fiestas navideñas, compras, salidas, visitas de familiares y aumento de la movilidad». Camacho comentó que donde pusieron primero las medidas más duras fue en la gerencia de Manzanares, el pasado 8 de enero, extendiéndolas después al resto de la provincia de Ciudad Real y a la región. Ahora destaca que la primera gerencia en mejorar ha sido Manzanares y que, de las cinco provincias, la que más mejoró la pasada semana fue Ciudad Real.  

En una semana crucial. Habrá que estar muy atentos a los datos de contagios y la evolución de los mismos que se dé en estos días. Camacho apunta a una «estabilización» de casos, pero reconoce que el momento es crucial. «La semana número 4 -la actual- va a ser decisiva para conocer la evolución de la pandemia  partir de este momento», advierte.

Recuerda que para que se empiecen a notar los efectos positivos de todas estas limitaciones hay que esperar una semana como mínimo por el período de incubación de la enfermedad.