Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Frente a medias

16/11/2021

Cinco mujeres relevantes en el panorama político, que lo son porque la mayor parte de ellas ocupan puestos de responsabilidad en el Gobierno central, en autonómicos y ayuntamientos, más una activista feminista musulmana constituyen el embrión del frente amplio, o proyecto amplio para despojarle de la connotación de hostilidad, con el que la actual vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, pretende galvanizar a todos los partidos, sensibilidades y desencantados que se encuentran a la izquierda del PSOE, con la intención de darle el sorpasso, o al menos para que su aportación sea suficiente para que se pueda mantener un gobierno de coalición progresista.  

El frente amplio es por el momento, un frente a medias. En la reunión celebrada en Valencia, que puede considerarse un acto fundacional, tan destacadas como las presencias eran las ausencias. El alejamiento de las mujeres de Podemos, que será una de las formaciones fundamentales del proyecto de Díaz, fue demasiado estridente. Con su voluntad de evitar ruidos y luchas de egos, contribuye por lo menos al rumor. Desde esa formación no se sienten agraviadas -en público- porque consideran que la iniciativa de la vicepresidenta segunda va en la buena dirección. Saben que son una de las columnas centrales del proyecto lo quiera o no Díaz porque es el partido que cuenta con mayor implantación territorial y organizativa a la que tendrá que recurrir, pese al rechazo que puede generar.  

Curiosamente la presencia de Mónica García, la líder de Más Madrid, y su disposición a participar en el proyecto de frente amplio pone de manifiesto la contradicción en la que vive esta formación. El entusiasmo de la líder de la oposición en la Comunidad de Madrid se contrapone la reserva y la prudencia del líder de su formación, Íñigo Errejón, de unirse al proyecto y abandonar el suyo propio tras ser expulsado de Podemos. Y sin el compromiso de Más País el frente sí que quedaría demediado. Las últimas encuestas demuestran que la pérdida de escaños que se vaticina para la formación dirigida por Ione Belarra, no van a la formación de Íñigo Errejón que no crece ni saca a votantes de la abstención de forma suficiente. Al mismo tiempo sabe que la concurrencia en las urnas de tres partidos de izquierda es allanar el camino a un gobierno de la derecha con la posible participación de Vox.    

Del proyecto político de Yolanda Díaz poco se sabe más allá de la declaración de que tienen un proyecto de país, que pueden hacer una política diferente, o como ha afirmado Mónica García que se trata de hacer política "de lo pequeño", fuera de la contienda permanente. La falta de concreción puede ser entendible porque se trata de preservar el proyecto de las andanadas que recibirá nada más ponerse en marcha. Pero en la acción política hay dos cuestiones fundamentales, que la política útil se desarrolla cuando se está en el Gobierno, o cuando la oposición se pone al servicio de quien gobierna, que si es la derecha serán políticas incompatibles; en segundo lugar, que algunas de las promotoras de las "otras políticas" tienen los mecanismos para aplicarlas con sus presupuestos y comprueban la distancia existente entre predicar y dar trigo.  Para Pablo Casado la reunión de Valencia fue "un aquelarre". Sin palabras.