Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


La curva

27/10/2021

Mateo, el Pato y José, el Berrendo entraron en el Bar 501 como si llegaran de la guerra: maltrechos, magullados y llenos de arañazos. Se acodaron silenciosos en la barra y pidieron a la señora María dos sol y sombra de 103. Desde el fondo, Juan, el Maltrota, les llamó la atención.
-¿Qué sus pasa? ¿Habéis estao de capea?
-Menuda capea, joder –respondió cariacontecido el Pato-. Subíamos a Navamorcuende y en la primera curva pasando Marrupe, la del puente, nos hemos salío. Tres vueltas de campana… y al arroyo entre los zarzales. El Seat 850 ha quedao pal arrastre… Encima recién pintao
No veas pa salir. Las hemos pasao más putas que Caín. Igual que jabalines –apuntó el Berrendo trasegando de un golpe la segunda copa.
-Nos ha bajao un volquete de la Viuda de Clemente. A ver si localizamos una grúa y lo sacamos esta tarde –remató el Pato.
-¡Si es que vais como locos! Que no sabéis lo que lleváis entre las manos. Zapatilla, zapatilla y zapatilla. Y pasa lo que pasa… hostia va y hostia viene -sentenció Juan, el Maltrota.
-¡Qué zapatilla, qué zapatilla! ¡Listo! La tomamos a 80. Se fue de atrás y a tomar por culo… -explicó el Pato maniobrando con la palma de la mano por encima del mostrador como si fuera el vehículo.
-A 80 no se sale uno en esa curva. Cojones. Si lo sabré yo. No digáis tonterías. Iríais a más, tocarías el freno... Y como no tenéis ni puta idea de guiar, así os van las cosas, Fitipaldis –se cachondeó el Maltrota.
-Ya salió el sobrao. Íbamos a ochenta, coño. Cómo hay que decirte las cosas –gritó enfurruñado Mateo, el Pato.
-¡Que no! -cortó tajante el Maltrota- Y sus lo demuestro ahora mismo. Montamos en el mío y paso la jodía curva a ochenta con la punta de la breva. ¡Vamos!
A las dos horas volvían a entrar en el 501 Mateo, el Pato, José, el Berrendo y Juan, el Maltrota, maltrechos, magullados y llenos de arañazos. Se acodaron en la barra y pidieron a la señora María tres sol y sombra de 103.
Habían tomado la curva a ochenta, el Seat 850 derrapó de atrás, dieron tres nuevas vueltas de campana y aterrizaron encima del otro coche. Después de beber las copas, Juan, el Maltrota, trató de justificarse:
-¡La madre que la parió! Debe tener el peralte cambiao

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