Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


La obscena carga de unos audios pasados

19/05/2022

El lodazal en el que durante años ha estado hozando el ex comisario Villarejo no parece tener fondo. Sus nuevos audios conocidos en estos días causan sonrojo y evidencian cuan perversos pueden llegar a ser algunos/algunas en el ejercicio del poder y la falta de escrúpulos con que créense ungidos para alcanzar cualquier fin que se propongan, por muy espurio que el mismo sea, sin importarle los medios.
En una de estas conversaciones, tan peculiar personaje le dice a Esperanza Aguirre: «yo soy eficaz cuando no existo». Esa es una de las claves de este bochornoso esperpento. Con esas palabras, Villarejo está diciéndole a su interlocutora que su invisibilidad es la garantía que ofrece para trajinar con éxito en las cloacas, intentando subvertir la integridad de algunas instancias del Estado. Llama la atención, en todo esto, verificar que personas como María Dolores de Cospedal, con altas responsabilidades institucionales públicas en el momento de ser grabada y, por ende, más obligada que nadie a comportarse en los estrictos cauces de la legalidad no hiciese ascos a tales tejemanejes y buscase enjuagar los trapos sucios del PP conspirando con un truhán, quien durante años, y grabación a grabación, ha atrapado a tirios y troyanos en su tela de araña. En ese desprecio por la rectitud moral se encuentra una elevada dosis de la obscena carga letal que estas grabaciones conllevan.
La desafección hacia la política es un lastre que nutre los discursos y expectativas de quienes no tienen empacho en sus veleidades populistas. Las conversaciones ahora conocidas llueven sobre mojado. Al albur de cuanto en ellas se dice es fácil extender la mancha de que todos los que se dedican a la misma son iguales. Resignarse a tan torcida afirmación es entregar un cheque en blanco a quienes apuestan por perturbar los valores democráticos. No basta responder, como ya han expresado algunos, que estos audios nada tienen que ver con el 'nuevo' Partido Popular, que parte de sus involucrados están incursos (o han estado) en procesos judiciales o que con la moción de censura contra Mariano Rajoy ya purgaron sus responsabilidades. Si de verdad aspiramos a que tan deleznable gusanera no continúe su corrosivo afán, urgen respuestas más convincentes que el «son cosas del pasado», por lejanos que diez años atrás puedan parecernos hoy.