Retazos históricos de Quintanar de la Orden

José García Cano*
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Una de las fiestas más importantes que se celebraba en la localidad es la de su patrona, es decir, la de Nuestra Señora de la Piedad. La tradición cuenta que la imagen original se realizó en Toledo capital en época visigoda

En el centro, el edificio del Círculo de Recreo de Quintanar. - Foto: El Castellano Gráfico de 31 10 1924

El municipio de Quintanar de la Orden atesora cientos de años de historia y patrimonio y es sin duda un enclave provincial que merece la pena conocer. Hoy echamos la vista atrás casi cien años, para recordar qué sucedía en Quintanar de la Orden en el año 1924. Una de las fiestas más importantes que se celebraba en la localidad es la de su patrona, es decir, la de Nuestra Señora de la Piedad. La tradición cuenta que la imagen original se realizó en Toledo capital en época visigoda, por una joven llamada María Jesús, hija de cierto escultor de nombre desconocido. Tras la invasión musulmana algunos de los vecinos de Quintanar huyeron del lugar, ocultando la imagen de la virgen en una cueva que había en el camino de Villanueva, ubicándola en una caja de madera y sobre ella una plancha de plomo con una cruz y una inscripción. Pasados los años, la imagen se encontró en 1363, precisamente el día de San Ildefonso, permaneciendo en su primera ermita hasta el año 1608, momento en el que se edificó una nueva. El 15 de agosto de cada año, toda la población se vuelca en celebrar esta fiesta, en la que se realizan todo tipo de actos; por ejemplo en 1924, las fiestas se prolongaron durante cinco días, y dentro de ellas hubo «danzas de gigantes y cabezudos», globos grotescos, fuegos artificiales, tracas de hasta 2.500 m, cinematógrafo, teatro, fútbol, conciertos y hasta «fiestas automovilísticas», ya que en aquella época Quintanar poseía 74 automóviles, que no son pocos. No faltaron los eventos taurinos en los que torearon Maera, Montes y Villarta. Otros de los lugares donde se concentraban la cultura y el ocio en Quintanar, eran el Círculo de Recreo y el Teatro Cervantes, histórico lugar con rica ornamentación mudéjar que se inauguró el 18 de septiembre de 1878. Por otro lado, la Sociedad Cooperativa Benéfico-Artesana de Quintanar, fundada en 1891, contaba con 750 socios y poseía otro teatro conocido como Garcilaso, donde también se realizaban diferentes veladas, actuaciones y conciertos. 
Por lo que respecta al desarrollo económico de Quintanar en los inicios del siglo XX, el futuro no podía ser más prometedor: había fábricas de harinas, ya estaba establecida la electricidad, alcoholeras, tiendas de calzados, sombreros, muebles, etc. El mercado semanal se celebraba cada sábado, al que acudían vecinos de muchos de los pueblos del contorno de Quintanar. Algunas de las empresas importantes en la población de aquellos momentos era la agencia oficial de Ford de Lupirino Rodríguez, la fábrica de quesos manchegos de Gregorio Verdugo, el Banco Central cuya sucursal se situaba en la calle de la Princesa y que fue inaugurada el 15 de enero de 1924, la fábrica de jabones de José Mergelina, etc. Otra profesión importante en aquellos tiempos era la de los arrieros, que se encargaban de transportar todo tipo de productos manchegos por toda la geografía nacional. Para el culto, además de la iglesia parroquial dedicada a Santiago de la Espada y datada en el siglo XVI -con su original torre-, contaba el lugar con las ermitas de la Piedad, San Antonio Abad, San Sebastián y Santa Ana. 
Ya los documentos antiguos dicen que Quintanar desde tiempo inmemorial fue cabeza de partido y de gobernación, indicando que su jurisdicción llegaba hasta Jaén, perteneciendo al 'reino de Toledo y Mancha de Aragón'. Sería en 1838 cuando se otorgó a la villa el título de Muy Leal. Algunos de los hijos notables que ha tenido Quintanar de la Orden fueron por ejemplo el padre Martínez, religioso del siglo XVIII,  catedrático de la Universidad de Alcalá y consejero de Fernando VII; también los hermanos Luis y Casimiro Bello, ambos canónigos de la catedral de Toledo, destacando el segundo por ser uno de los mejores arabistas de nuestro país; otro importante quintanareño fue el arquitecto Agustín Ortiz de Villajos a quien debemos entre otros, el edificio de la Diputación Provincial de Toledo, el Teatro de la Princesa o el Circo Price, en Madrid y del que nuestro amigo e historiador Zacarías López-Barrajón ha escrito e investigado profusamente. No olvidemos tampoco que Quintanar aparece en dos ocasiones en el Quijote, una en el capítulo 4 de la primera parte y por otro lado en el último capítulo de la segunda, cuando el bachiller Sansón Carrasco quiere animar al propio don Quijote, diciéndole que ha comprado dos perros a un ganadero del Quintanar y de ahí que se considere a esta población dentro de la ruta Cervantina. Recomendamos muy sinceramente visitar Quintanar de la Orden a todos aquellos que no conozcan este enclave toledano, -y a los que lo conozcan con más razón- ya que sin duda disfrutarán de su cultura, su historia y su gastronomía y donde sin ninguna duda, nos acogerán, como buenos manchegos con los brazos abiertos.

*José García Cano es académico correspondiente en Consuegra de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.

Más fotos:

Plaza de la Constitución de Quintanar de la Orden en 1924.
Plaza de la Constitución de Quintanar de la Orden en 1924. - Foto: El Castellano Gráfico de 31 10 1924
Mercado del sábado en Quintanar de la Orden en 1924.
Mercado del sábado en Quintanar de la Orden en 1924. - Foto: Revista El Castellano Gráfico de 31 10 1924