De la tragedia a la exageración

Diego Izco (SPC)
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Argentina (y su siempre desmedida afición) arrancó el torneo en el 'pozo' tras el 1-2 ante Arabia Saudí... y ahora ya se ve en semifinales

Leo Messi se abraza a sus compañeros después de que Mac Allister marcara el primer gol ante Polonia. - Foto: DYLAN MARTíNEZ (reuters)

Leer las redes sociales de Argentina el día en que arrancó su Mundial, «cuatro años esperando para esta ruina», y un grupo de «domadores de camellos» les habían «destrozado la vida», vaticinaban el adiós precipitado del grupo de «pelotudos, hijos de mil p...». Ese 1-2 ante Arabia Saudí, que no entraba ni en la quiniela del más optimista de Riad, fue la tragedia previa a la exageración, la desmesura y una euforia desproporcionada:Argentina, leyendo a los mismos que entrecomillaron las barbaridades del martes 22, ya 'está' en las semifinales. 

«Acá no hay término medio», reconocía Gabriel Batistuta, mito argentino que el otro día asistió al 2-0 sobre Polonia y analizaba el 'pulso' futbolístico de su país. Ahora, la Albiceleste mira con descarado optimismo el viaje hacia los deseados siete partidos: hoy mismo se pondrá a prueba ante Australia (partido inédito en la historia de la competición) y el próximo viernes -si no pincha- se jugaría los cuartos ante el ganador del Países Bajos-Estados Unidos. 

El análisis de los argentinos es básico: los 'soceroos' ya han dado la campanada que tenían que dar en el Mundial (ganar a Dinamarca) y se agotó su capacidad de sorpresa... y ven inferiores a cualquiera de las otras dos selecciones... con el lógico respeto a Países Bajos. 

En el imaginario popular argentino quedará para siempre la final de 1978, la de los papelitos, la que cosió la primera estrella al pecho de la camiseta; pero el historial de Argentina contra la 'Oranje' en los Mundiales no miente: una sola victoria en cinco enfrentamientos frente a dos empates y dos derrotas. 

Pararse a reflexionar sobre este asunto debería rebajar la euforia... pero el fanático argentino no conjuga 'parar' cuando juega su país.