Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Paralelismos divergentes

04/05/2022

Es que en esta vida siempre hay alguien que dice, o hace, aquello por lo que tú aspiras, lo que anhelas o por lo que trabajas. Ese hallazgo con un pasito por delante, con una simple nariz de diferencia, ya te chafa la exclusiva en una noticia, la patente en un invento o simplemente la receta de un plato de éxito.
Voy a poner el ejemplo de Gema Igual, actual alcaldesa de Santander. A punto de cumplir dos décadas dedicada a la política municipal en la capital cántabra, es alcaldesa desde hace apenas 6 años en los que, sin menoscabo del trabajo de su equipo, ha alcanzado unos reconocimientos dignos de elogio y que para mi ciudad los querría.
Ha anunciado que la ciudad de Santander apuesta por un tipo de vida slow, pero sin negar la innovación, la calidad y la cultura.
Apostar por el circuito de alta cultura, no significa que vaya a abandonar otras expresiones culturales, al contrario, la alta cultura inspira para que otros puedan expresarse, cultura con disfrute, con calidad, más que con cantidad.
Aquí cuando acaba un período festivo, vacacional o de celebración, enseguida te meten el chorizo de vela como delicatessen, muchas de poca calidad hacen un mucho de ocupación de folletín, mucho de relleno y poco de inspiración..
Esta señora ha sido nombrada vicepresidenta de la Red Nacional de Ciudades Inteligentes, y representa a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en el Foro Local para la Agenda Urbana Española.
Luego de leer esta información, abro los ojos, y me veo rodeado en este Toledo de una pléyade de zombis que ni protestan ni barruntan el barranco al que nos acercamos en la ciudad.
Repletos de socavones en las aceras y accesos al Casco histórico en las que caen, día sí y día también, tanto residentes como turistas. Ante el singular sonrojo de los que sabemos que nuestras calles están hechas un asco, nadie hace nada ¡ni lo más básico de concejalitos saben hacer!
Pagamos tantos impuestos que sobran millones de euros, no tienen ni idea de cómo ejecutarlos, pero en la ciudad, el único runrún que hay es el último estertor del Tajo mientras boquean los invasores peces-gato y el arrullo de las palomas bombardeando nuestras abandonadas casas, así de slow es el ritmo toledano.