La temporada venteña va tocando a su fin y con Otoño, se cierra el último gran ciclo en Las Ventas. Un año con destacado protagonismo toledano en el que Álvaro Lorenzo trenzaba el tercer paseíllo de 2022 en esta plaza siendo la última baza de los toreros de la provincia. Lo hacía junto a Miguel Ángel Perera y Juan Leal para despachar el enésimo encierro de Fuente Ymbro en Madrid este año. Por paradójico que parezca, después de casi medio centenar de animales lidiados en esta plaza en la presente temporada, la última corrida no fue completa, y se remendó con un toro de El Puerto de San Lorenzo, algo sorprendente tras el juego de este hierro en la tarde anterior. Estamos en otoño y llegan saldos y rebajas también en el campo.
Exquisito fue el inicio de faena de Álvaro Lorenzo al tercero. Genuflexo el toledano dejó carteles de toros al abrirse por bajo. Ya en los medios corrió la mano con gusto ante un animal de buena condición pero falto de brío. Vio pronto que los terrenos eran los del tercio de en los bajos del 8, donde 'Hostelero' daba del mejor modo, lo escaso que tenía. Los tiempos entre tandas fueron clave para que el astado repusiera algo de fuerzas a sus embestidas descafeinadas. Gran imagen que el manejo de la espada dejó en palmas.
El sexto fue un remiendo de El Puerto de San Lorenzo a la corrida de Fuente Ymbro. Había estado enchiquerado como segundo sobrero el día anterior y un día después y dos kilos más en la tablilla, 572, salió al ruedo. Se arrancó con alegría en banderillas y se lucieron con tres grandes pares Iván García y Fernando Sánchez, en el día que este sumaba 100 paseíllos en la presente temporada. Puso muy favorable al público y Lorenzo comenzó la faena dando distancia a su oponente. No tomó vuelo la faena entre idas y venidas, cambios de terrenos y falta de ajuste y entendimiento con su oponente. Con la espada no anduvo fino.
El que abrió la tarde salió muy suelto en los primeros compases y no permitió a penas que Perera se mostrase. Pareció hacer las cosas bien en el capote de Curro Javier, que también tuvo parte de culpa, y ello motivó a Perera a brindar al respetable. Justito de fuerzas, quizá Perera le exigió demasiado desde el principio, y el toro se vino a menos. Fue de uno en uno, y el extremeño no terminó de comprometerse en la colocación. Estuvo mejor en las cercanías, donde dejó algún muletazo notable y una última tanda muy jaleada, que le valió para saludar una ovación.
El cuarto pareció dañado de los posteriores y fue muy protestado. Curro Javier se desmonteró tras dos grandes pares, y en la muleta, Perera quiso correr la mano a media altura hasta que el animal acabó por perder las suyas, dañándose aún más y teniendo que abreviar.
Juan Leal comenzó muy vertical su faena al segundo. Un animal noble que iba y venía tras las telas del francés con más voluntad que fuerzas. Comenzó a quedarse corto y Leal hubo de perderle pasos, complicando el toreo ligado por el derecho. Con la zurda supo dar tiempos entre los muletazos y logró lo más destacable. De mitad hacia adelante el francés se pegó un arrimón considerable, dejándose llegar los pitones a los muslos, siempre muy bien colocado, lo que sumado a un genuflexo cierre y una buena estocada le valió para saludar una ovación.
Ante el 5°, se encontró con un animal tardo y con peligro, que no respondía a los cites y soltaba la cara con violencia. Leal anduvo en el filo de la navaja, exponiendo en exceso ante un animal que no tenía demasiado y ante el que tragó con un valor seco y casi inconsciente. La gente de puso en su contra ante los riesgos que estaba asumiendo.