La población toledana creció un 36% en los últimos 25 años

Á. P. González
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La provincia cuenta con 703.772 habitantes censados, la cifra más alta desde 2013. Entre el 1 de enero de 2019 y el mismo día de 2020, el volumen de empadronados en los municipios toledanos aumentó en casi 9.000 vecinos

La población toledana creció un 36% en los últimos 25 años - Foto: David Pérez

Toledo sale indemne de la crisis demográfica que azota vastas zonas de España desde hace algunas décadas. Entre 1996 y 2020, un cuarto de siglo, la población en la provincia ha aumentado en casi 190.000 personas. El 1 de enero de hace 25 años, el padrón municipal registraba 515.880 toledanos. En la misma fecha del año recién concluido, la cuantía se elevaba hasta los 703.772 inscritos. Expresada en términos porcentuales, la subida alcanza el 36,4%.

La tasa de crecimiento de población en la provincia supera tanto la regional (19,4%) como la del conjunto de España (19,6%). La relación comparativa entre los tres niveles administrativo evidencia la fortaleza de Toledo como opción preferente para muchos ciudadanos cuando han de escoger un lugar en el que establecerse.

Respecto a otras provincias castellano-manchegas, la de Toledo manifiesta un comportamiento poblacional similar al de Guadalajara. La demarcación alcarreña despunta un 66%en el periodo analizado. Las otras tres provincias que forman la comunidad autónoma se mueven en márgenes más estrechos: en los últimos 25 años, Ciudad Real ha ganado un exiguo 3,4% de población, los censos de Albacete se han expandido un 8,2%, mientras en Cuenca han menguado un 2,8%.

La cercanía con Madrid se adivina como la principal razón del aumento de Toledo, una clave que se reproduce en el caso de Guadalajara. El tejido municipal de la provincia, formado por más de dos centenares de ayuntamientos, confirma una doble velocidad respecto a sus poblaciones: los más próximos a la capital de España y los colindantes con vías terrestres de gran capacidad tienden a crecer; aquellos que se sitúan en los márgenes oeste y sur de la provincia y se sitúan más lejos de las grandes autovías se despueblan y van envejeciendo. Entre 2008 y 2018, el 71% de los ayuntamientos de la provincia perdió población. Sin embargo, el despegue de las localidades del norte toledano tiró del acumulado provincial y compensó la sangría que sufren comarcas como La Jara, La Campana de Oropesa o Los Montes de Toledo.

La mitad septentrional de la provincia es la punta de lanza del despegue demográfico toledano. Si el territorio se dividiera en dos fracciones, trazando una línea horizontal a partir de la ciudad imperial, seria la parte norte la que compensaría las pérdidas de otras zonas y la que capitalizaría el ascenso censal. La comarca de La Sagra, el trozo de la comarca de Torrijos más cercano a Madrid, algunos municipios de la Mesa de Ocaña y la misma capital regional ejemplifican el interés que la provincia genera en muchos ciudadanos no toledanos como destino residencial.

Previsiones para el próximo padrón. El dato de población a fecha de 1 de enero de 2020 no incluye el episodio marcado por la pandemia viríca que azota el mundo desde el pasado mes de marzo. Será en la siguiente revisión anual cuando se podrá conocer su alcance en el saldo vegetativo. Por su parte, el balance migratorio, parte del caudal del crecimiento de la masa ciudadana, apunta a un comportamiento irrelevante, dadas las dificultades impuestas a la movilidad interterritorial.

Según el sexo de sus habitantes, Toledo es una provincia masculinizada. Hay 353.548 hombres y 350.224 mujeres. Expresado en términos porcentuales, suponen el 50,2% del conjunto de los toledanos. En la comunidad autónoma esta relación es de casi el 50,1% favorable también a los varones; mientras que en el total de España hay más mujeres: prácticamente un 51% del total.