Francisco Martínez Arroyo

Francisco Martínez Arroyo

Presidente de la Fundación Dieta Mediterránea


La dieta mediterránea, patrimonio inmaterial

22/03/2023

Los sistemas alimentarios globales son claves para garantizar la seguridad alimentaria de la pobla-ción mundial y la promoción de un desarrollo sostenible. Europa puso en el centro del debate, a través de la Política Agraria Común, la necesidad de crear una seguridad alimentaria y hoy podemos decir que somos el continente con la mejor seguridad alimentaria del mundo. Una vez conseguido ese objetivo, la Unión Europea hoy avanza hacia nuevos sistemas de producción a través del Pacto Verde Europeo como estrategia integral que busca transformar la economía y lograr una Europa climáticamente neutra y sostenible para 2050.
Asimismo, la estrategia 'De la granja a la mesa' de la Comisión Europea, que forma parte del Pacto Verde Europeo, establece una serie de objetivos y acciones que incluyen reducir el uso de pestici-das y fertilizantes, aumentar la producción ecológica, fomentar el consumo de alimentos locales y de temporada, y mejorar la información y la educación sobre alimentación saludable y sostenible.
En este sentido, el potencial de España para liderar esta transición es enorme y la dieta mediterrá-nea es un ejemplo de sistema alimentario sostenible que se promueve en Europa y en todo el mundo. Esta dieta se caracteriza por ser rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y aceite de oliva, y baja en alimentos procesados. Además, la dieta mediterránea se asocia con numerosos beneficios para la salud, como la reducción del riesgo de enfermedades cardiovas-culares, la prevención de la obesidad y la diabetes, y la mejora del bienestar mental.
España es uno de los países que tiene un gran potencial para exportar la dieta mediterránea y con-tribuir a la transformación de los sistemas alimentarios globales. No en vano, somos el primer pro-ductor mundial de aceite de oliva y de vino y contamos con una importante producción de trigo que, juntos, conforman la tríada mediterránea. Así mismo, contamos con una gran diversidad de productos locales y regionales que conforman una rica cultura gastronómica y alimentaria que pro-mueve el consumo de alimentos frescos; sin olvidar el factor social de la producción agroalimenta-ria, un pilar fundamental de la economía española, generadora de empleo y riqueza en las zonas rurales.
Pero no podemos olvidar a quienes, a través de su trabajo directo sobre el terreno, permiten que en Europa contemos con la mejor seguridad alimentaria del mundo. Hoy nuestros agricultores y ganaderos trabajan garantizando la disponibilidad de alimentos, pero también en la mejora de la eficiencia de sus cultivos, cada día más sostenibles. En los últimos años se ha hecho palpable el apo-yo de nuestras sociedades a quienes nos alimentan, ¡y no es para menos! Son nuestros profesiona-les quienes han apostado por la eficiencia energética y la reducción de las emisiones de gases, quienes calculan la dosis exacta de nutrientes que necesitan sus cultivos para evitar que puedan causar ningún daño a los ecosistemas naturales, quienes adaptan sus cultivos tradicionales para que contribuyan a enriquecer los suelos y quienes hacen milagros con cada gota de agua.
Sin duda, España, y todo su sector agroalimentario, es ejemplo de trabajo en equipo. Esta es nues-tra mejor Marca España, poniendo en valor a quienes producen los alimentos y a quienes los trans-forman en una industria cada vez más moderna; pero también manteniendo nuestra dieta medite-rránea, tan nuestra y tan patrimonio de la humanidad, tan tradicional y tan actual, tan sana y tan sostenible. 
España tiene una importante oportunidad de liderar esta transición en el contexto europeo y mun-dial. Para ello, es necesario impulsar políticas y medidas concretas que promuevan la producción y el consumo de alimentos sostenibles y saludables. Algunas de las medidas que se pueden tomar incluyen:
• Fomentar la producción ecológica. España tiene un gran potencial para la producción de ali-mentos ecológicos, lo que puede contribuir a reducir el uso de pesticidas y fertilizantes y a mejorar la salud del suelo y la biodiversidad. Para ello, es necesario promover medidas de apoyo a la producción ecológica y fomentar el consumo de alimentos ecológicos a través de campañas de información y educación. Hoy la agricultura ecológica ocupa más de 76 millones de hectáreas en el mundo, casi el 25% en Europa, pero también debemos seguir apoyando otras actuaciones que permitan avanzar en la adaptación de nuestros cultivos y ganaderías.
• Promover la producción y el consumo de alimentos locales y de temporada. La producción y consumo de proximidad reduce la producción de gases de efecto invernadero y genera eco-nomía local, lo que favorece el arraigo de la población de nuestros pueblos y posibilita el desarrollo del resto de sectores socio-económicos.
• Promover una dieta rica en frutas y hortalizas, especialmente entre las personas más jóve-nes, con acciones específicas en colegios, institutos, universidades y puestos de trabajo.
• Avanzar en medidas que mejoren la valoración global de la agricultura y la ganadería, que permitan rejuvenecer el sector agroalimentario y que fomenten las estrategias de fortaleci-miento de toda la cadena alimentaria.
• Avanzar en la inversión I+D+i. Las mejoras tecnológicas son clave en la construcción de los sis-temas agroalimentarios del futuro. No solo en la mejora cuantitativa de las producciones, sino también en la mejora en la calidad de los alimentos o en la reducción de la necesidad de insumos y externalidades negativas. 
Hoy seguimos dando los pasos que mantendrán a la producción de alimentos en el centro de nues-tra sociedad, con el apoyo a nuestros profesionales que avanzan en la sostenibilidad de un sistema clave que garantice la seguridad alimentaria y el futuro de nuestra dieta mediterránea.
Todos estos temas se debatirán en el marco de la 1ª Cumbre Internacional Agroalimentaria, que se celebrará en Barcelona los días 22 y 23 de marzo, y que reunirá a 800 representantes de más de 25 países y que representa una oportunidad única en la que nos reuniremos líderes empresariales, miembros gubernamentales, representantes de la sociedad civil y del mundo académico para hacer frente a los retos del sector y buscar, de manera conjunta, las soluciones más óptimas.