Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


Alhajas con dientes

20/10/2022

Aunque las mentiras tienen las patas muy cortas, hay algunas que, echadas a rodar, corren que se las pelan. En su obstinado antisanchismo, el pasado viernes los prebostes de la derecha mediática creyeron haber encontrado petróleo. Según decían, Bruselas congelaba a España la concesión de fondos europeos, dado que no se habían cumplido determinados mecanismos de control y, por negligencias administrativas, estábamos fuera de plazos. El 'descalabro' era tremendo, pues sin tales aportaciones comunitarias los Presupuestos Generales del Estado no cuadrarían y las cuentas públicas para 2023 serían papel mojado.
Durante unas horas, algunos se regodearon por el 'revolcón' que sufrirían los socialcomunistas del Gobierno. Pero hete aquí que en mitad de semejante aquelarre, al que alegremente se sumó -¡como no!- Isabel Díaz Ayuso, Nuyts Veerle, portavoz de la Comisión Europea para Asuntos Económicos y Financieros, salió a la palestra diciendo que cualquier afirmación de que se habían congelado los fondos a España en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia era infundada.
Llevamos un tiempo en que gran parte del peso de la oposición política en nuestro país no lo sostienen los partidos de las derechas, sino quiénes desde el periodismo representan tal espacio sociológico. Para ellos, echar a Sánchez se ha convertido en 'cuestión de Estado', vendiéndonos la ilusión de que una vez estuviese él fuera de la Moncloa, los males de la patria decaerían, cual si obrase en ellos la legendaria purga de Benito.
Cuando el presidente se queja de las intrigas trenzadas en ciertos cenáculos y apunta en sus críticas hacia los "del puro", no está descaminado. Sé que algunos consideran esas insinuaciones como veleidades para desviar la atención, pero más que nunca urge mayor transparencia sobre quiénes mueven los hilos de los grandes medios de comunicación españoles y sus conexiones con corporaciones financieras o lobbies ideológicos, para conocer sus verdaderas intenciones. Y llegado a este punto, los dirigentes de las derechas deberían hacérselo mirar, porque quizás no sean conscientes de que en el pecado llevan la penitencia, pues si ganasen las futuras elecciones, quienes ahora les sirven de ariete no dudarán en pedirles réditos por los servicios prestados y eso, como suele decirse, son alhajas con dientes.