El Ciclo de Conferencias de Alfonso X 'El Sabio' por el VIII Centenario de su nacimiento continúa celebrándose en el Museo del Ejército. Entre todas sus facetas, se repasó su obra jurídica encarnada en 'Las siete partidas'. En pleno siglo XIII, instalado en un sistema feudal, Alfonso X 'El Sabio' trató de someter a la voluntad del rey poderes como la Iglesia o la nobleza. Aunque no lo consiguió en vida, tiempo después se acabaron aplicando muchas de sus ideas innovadoras para aquella época. Así las calificó el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Castilla-La Mancha, Francisco Ruiz Gómez, encargado de impartir sus conocimientos en el salón de actos citado.
Ruiz Gómez citó que a día de hoy "las partidas siguen vigentes". Describiendo que en numerosos juicios de la actualidad se revisa el contenido de sus leyes para aplicarlas, debido a que "forman parte de la constitución jurídica española". Todas ellas se basaban en el documento de 'Las siete partidas' que, como explicó el catedrático, su ordenación no tiene nada que ver con la actual: "No siguen un orden lógico, el código de circulación para el tráfico y el código penal para los delitos como ahora, sino que allí va todo mezclado. Se habla desde lo que es un pecado y porqué no hay que cometerlo hasta el castigo que tendrá robar una mula".
En cualquier caso, Ruiz Gómez elogió el valor de esta obra que mencionó llevar 20 años leyéndola y aun obteniendo información. Para la documentación de la época, 'Las siete partidas' reunían miles de leyes con 3.000 páginas en su edición actual. "No había nada comparable en el occidente medieval en ningún otro reino". En la conferencia se habló también sobre la labor doctrinal de estas leyes que, lejos de tener un cáracter normativo, tenían un fin pedagógico, "que las leyes ayudaran al pueblo a pensar qué es lo mejor para ellos".
Y en esta última línea de pedagogía, Francisco Ruiz Gómez unió la temática alfonsí con el conflicto actual entre Rusia e Ucrania. Explicó que Alfonso X cuestionaba la legitimidad del derecho militar a la guerra, y que apostó por la cultura para conseguir la paz: "el rey Alfonso X decía que los pueblos cultos son más civilizados y, por tanto, aman la paz, por lo que se procura el bienestar y el bien común de todos".