La Hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad ha comenzado la cuenta atrás para volver a pisar con fuerza las calles del Casco histórico como lo viene haciendo desde 2008, hasta el punto de convertirse en una de las procesiones imprescindibles de una Semana Santa declarada de Interés Turístico Internacional como la de Toledo.

Los miles de personas que cada año acuden a los alrededores del Monasterio de San Juan de los Reyes atraídos por el esfuerzo que hacen los costaleros de la Humildad para sacar de rodillas este paso de Misterio, que este año esconde una sorpresa, que ha sido celosamente guardada por los miembros de la Cofradía.

Se trata de la vestimenta del romano que ofrece a un Cristo exhausto sentado en una roca un cáliz con vino y hiel. A esta talla obra del escultor sevillano Darío Fernández la hemos visto salir con el casco con e que protege su cabeza con unas plumas blancas. En los años anteriores a la pandemia lo hizo con unas plumas rojas y este año estrenará plumas negras. Asimimo, irá vestido con una túnica del mismo color.

La Cofradía de la Humildad estrena también este año faldones para el paso y ciriales. Asimismo, durante parte del recorrido, concretamente desde la plaza del Salvador hasta la iglesia de la Inmaculada, en la calle Trinidad, irá en silencio para que la procresión pueda ser seguda por personas con trastorno del espectro autista.