Se empieza a ver lo que puede ser la luz al final del túnel. Los bomberos de Toledo y el Ayuntamiento mantuvieron ayer una reunión para desencallar su enquistada negociación. Y todo indica que la cita finalizó con mejores sensaciones que en ocasiones anteriores para las dos partes. 

Una reunión que se produjo pocas horas después de que la Diputación de Toledo y los bomberos del Consorcio de Extinción, Incendios y Salvamento de la provincia (Cpeis) hicieran público su acuerdo para la subida de estos agentes a la categoría profesional C1, la misma que los bomberos de Toledo llevan demandando desde hace 25 años.

De hecho, minutos antes de producirse la reunión con el Consistorio, los representantes sindicales del cuerpo reconocían «haberse quedado loquísimos» por un acuerdo que en la ciudad de Toledo el equipo de Gobierno les transmitía que era «ilegal» o «imposible de conceder».

Finalmente, la Diputación de Toledo enseñó el camino de la negociación al Ayuntamiento toledano y la reunión acabó con preacuerdo. El delegado de personal de los Bomberos, Germán Ortega, confirmó esta noticia a La Tribuna y adelantó que la firma consiste en extender las condiciones pactadas por la Diputación y el Cpeis para el cuerpo municipal en la mayoría que sea posible.

En otras palabras, esto se describe en que el Ayuntamiento de Toledo esperará a conocer los pasos que dé la Diputación con su acuerdo para seguir ellos como administración el mismo procedimiento. De hecho, el propio Consistorio ha solicitado al organismo provincial el informe redactado por su Secretaría para estar al corriente del modus operandi.

Aunque este preacuerdo supone ya más que un paso adelante, Germán Ortega no quiere cantar victoria hasta que no se formalice el acuerdo definitivo, pero sí que recalcó que «confío en la palabra del Ayuntamiento». En cualquier caso, el ascenso de categoría C2 a C1 respondería a una demanda histórica del cuerpo que con ella vería reconocidas profesionalmente diversas funciones que los agentes ya venían realizando durante años y que la categoría anterior no contemplaba.

Aunque este reconocimiento también supone una mayor retribución económica para los bomberos, Germán Ortega defiende que no era una cuestión económica, porque de haberlo sido «se habría negociado de otra forma y se hubiera conseguido más», por lo que aclara que lo que querían era el reconocimiento profesional, así como la actualización de su manual de funciones. Pese a ello, la subida de categoría incluye un aumento de 140 euros brutos en sus nóminas.