El incremento de los materiales asfixia a la construcción

Leticia G. Colao
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Los materiales empleados en la ejecución de una obra han experimentado fuertes subidas en los últimos meses lo que pone en peligro los márgenes del sector

El incremento de los materiales asfixia a la construcción - Foto: Manu Reino

Construir una casa en Talavera, en la provincia y en el país es hoy un 20 o 25 por ciento más caro que hace un año debido a la subida del precio de los materiales de construcción, la energía y el combustible. El incremento de estos tres factores asfixia a un sector que parecía resurgir tras la crisis de 2008-09 y que ahora, gracias a la subida de la inflación, puede ver ralentizar su actividad económica en los próximos meses.

En la construcción de una vivienda, ya sean estas pequeñas obras o grandes promociones, se utilizan infinidad de materiales que, en su mayoría, han sufrido incrementos de precios llegando a lgunos a duplicarse con respecto al año pasado. Así lo reconoce a La Tribuna David Rodríguez de Arce, secretario general de la Agrupación de Empresas de la Construcción de Fedeto, a la par que secretario de la Federación Regional Sectorial de la Construcción. Ladrillo, acero, hierro y similares, y otros como hormigón o cemento, en este caso ya más estabilizados, han sido los principales perjudicados en esta subida generalizada, afectados por el aumento del coste de la energía, llegando algunos «a duplicar prácticamente su valor en los últimos meses».

Esto, inevitablemente, modifica el precio final de la construcción y pone en peligro los márgenes del sector, ya que no es tan fácil repercutir el incremento en el cliente, más aún con los valores en los que se mueve la vivienda. «No le puedes subir el precio al comprador un 20 por ciento por pura formalidad», porque antes de esto ya es una de las inversiones más importantes que se realizan en la vida.

No obstante, indica que esta subida no solo afecta a la vivienda, sino también a obra civil.

Rodríguez de Arce explica que esta circunstancia genera «inseguridad» en el sector, provocando que los presupuestos ofrecidos limiten su validez mucho más que antes. Así, indica, actualmente se ofrecen presupuestos para semanas o quincenas «porque la empresa no se puede pillar más económicamente, y no puede tampoco dejar al cliente colgado» cuando ya existe un precio cerrado.

Estas nuevas circunstancias económicas afectan a las nuevas y grandes promociones de viviendas, donde el constructor vive con «miedo e incertidumbre» vender a un precio y que este, finalmente, no compense las posteriores subidas que debe enfrentar. No así a las ya realizadas o en proceso, ya que en este caso será el promotor el que asuma ese coste con menos beneficio, en caso de que le haya, del previsto inicialmente.

Otra opción puede ser paralizar cualquier promoción de construcción «porque no puedes promover a un precio del 15-20 por ciento más que la anterior, no puedes vender una promoción a 100.000 euros y la siguiente a 130.000» por lo que muchos optan por parar el suelo y esperar mejores tiempos.

Ralentización. La paralización  de obras conlleva obligatoriamente a una serie de despidos en el sector, aunque no de forma generalizada, como explica Rodríguez de Arce. «Si tienes una obra encargada y el dueño te dice que no te puede pagar, pues tendrás que despedir, pero no ha sido muy grande el desempleo en el sector como sí hubo en la anterior crisis. Al menos de momento».

«Actualmente la actividad se mantiene al noventa y mucho por ciento pero con el miedo, la incertidumbre y la inseguridad de decir qué va a pasar después y aguantando las empresas en buena medida sus beneficios o incrementando sus pérdidas en muchos casos», asegura.

Lo que es casi seguro es que todo esto traerá consigo una ralentización de la actividad económica en el sector del ladrillo, ya que muchos preferirán esperar y otros, en similares circunstancias, iniciarán obras o reformas, pero limitando la actividad a un gasto determinado. «Las empresas se lo pensarán dos veces a la hora de acometer alguna promoción o trabajo», explica el secretario general de la Agrupación de Empresas de Construcción de la patronal toledana.

Los particulares, del mismo modo, pueden realizar sus planes, pero si tienen previsto rehabilitar tres cosas, harán dos, «y hasta donde les llegue, priorizando la necesidad sobre las mejores de confort», añade.

Además de en obra nueva, este encarecimiento de los materiales de construcción también repercute en el coste de las reformas. Así, una restauración tan habitual como el cambio de las ventanas de un hogar cuesta hoy en día casi el doble que hace unos meses, debido principalmente al elevado precio del aluminio y su coste de fabricación con una «cantidad ingente» de energía.

Esta subida de precios se deja notar en cualquier tipo de obra, porque tanto los materiales como la energía necesaria para la producción de los mismos se ha disparado llegando a precios desorbitados.