Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


Crónica de un desastre

29/10/2020

Confieso que estoy decepcionada, triste, indignada, enfadada. Sí, cinco meses después de «vencer al virus», volvemos a estar sometidos al estado de alarma, aderezado por un toque de queda nunca visto que nos hace menos libres y nos sume en el desconcierto: que ahora lo pongo, que ahora lo quito, que lo mando yo, que se lo cedo a los gobiernos autonómicos, que no se llama toque de queda… Un auténtico circo. Los ciudadanos hemos cumplido, nos quedado encerrados cuando nos dijeron, salimos nuestra horita a pasear, nos pusimos mascarilla cuando nos obligaron, por cierto poco éxito ha tenido esa medida si la ponemos en relación al número de contagios, pero los gobernantes no cumplieron. La segunda ola nos ha arrasado y, en vez de poner en marcha medidas sanitarias, se opta por restringir, mientras los presidentes de las Comunidades emprenden una carrera alocada hacia ningún sitio por encerrar a sus vecinos.
Seamos serios: ni el ejecutivo central ni los autonómicos han hecho los deberes. En junio, Sánchez dijo que habíamos vencido al virus y, al poco se fue de vacaciones. Al volver, todo era un caos. O no, porque Simón iba a lo suyo. Así las cosas, el estado de alarma dicen que frena el virus. ¿Cómo? No sé, lo único que tengo claro es que las residencias de mayores han conocido un número insoportable de muertos y que, meses después, no existe ningún protocolo que permita que nuestros familiares puedan vernos, si no que se opta por confinarlos y que mueran de pena. ¿Nadie exige medidas para evitar esta crueldad? Tampoco se ha actuado con diligencia para contener el virus. Si te dicen que eres positivo, te recomiendan que estés diez días en casa. Luego, se supone que estás curado, porque lo de repetir el test lo dejamos para las ministras, si eso. ¿Y somos responsables nosotros? No, señores, no. Ha habido comportamientos poco acertados de algunos ciudadanos, pero ahí han estado, sometidos al escarnio y a las sanciones. ¿Quién multa a los gobiernos? ¿Y a los políticos que se van de fiesta? No han sabido responder a una segunda ola que tenían la certeza de que iba a venir y se han dedicado a adoptar decisiones absurdas, improvisadas, incoherentes y, lo que es peor, ineficaces. Ahora el señor Sánchez y los suyos quieren tenernos sometidos al menos hasta mayo. ¿Y eso? ¿Dónde queda el control parlamentario? Será que el virus lo paramos unidos, que vamos a salir más fuertes, o que tenemos que aplaudir a las ocho a quien sea, que el caso es dar la nota, ya que nos cierran los bares, la hostelería y nos impiden movernos más allá de nuestro barrio. Señores gobernantes, han fracasado, su desidia nos ha traído a esta dramática situación, nos han quitado a nuestros mayores y se empeñan en que nuestros niños aprueben como sea, que pasen de curso y luego ya se verá. Son ustedes un fraude. Cumpliremos, no nos queda otra, pero debemos exigirles que legislen y dejen de controlar como única vía para acabar con una pandemia de las que ustedes ni saben ni han querido saber. Penoso.