«La madurez que he alcanzado se ve cada tarde en mi toreo»

Jorge Cancho
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La encerrona de Camas en 2020 marcó un punto de inflexión en la carrera de Esaú Fernández. La de 2021 fue su mejor temporada como matador y en 2022 ya está anunciado en Fitero, Torralba y en La Maestranza tras 5 años ausente

«La madurez que he alcanzado se ve cada tarde en mi toreo» - Foto: Sara Muniosguren

La pasada temporada, sin duda, la más completa como matador de toros, tanto en número como en sensaciones.

He de reconocer que mi última temporada resultó muy bonita, si bien por encima de todo me quedo con las sensaciones que viví. Y es que no tengo duda de que el paso del tiempo se va notando y va fluyendo en mí la madurez en todos los aspectos.

Cierto es que la encerrona de 2020 en su Camas natal (4 orejas y rabo) marcó un antes y un después en su carrera.

Corté cuatro orejas y un rabo en una tarde muy bonita en mi pueblo en la que salió un toro de El Pilar, de nombre Liebre, que fue extraordinario. Pienso que fue allí donde empezó a notarse mi capacidad y esa madurez de la que hablaba antes, si bien poco duró ya que la pandemia lo truncó todo.

Esa madurez le permitió fortalecer el concepto que siempre ha seguido desde sus inicios.

Desde que empecé en esto he tratado de torear roto, por abajo y despacito, sacando muletazos muy largos que tengan vida. Y cuanto más capacitado te ves te resulta menos complicado llevarlo a la práctica.

Inicios que en su caso fueron meteóricos. Quizá con el tiempo alguna vez se haya planteado que las prisas no son buenas.

En mi caso todo discurrió demasiado rápido, siendo aún muy joven e inmaduro. De todos es conocido que las prisas nunca son buenas, si bien ahora nada se puede hacer para cambiar aquello. Lo importante es aprender de estas cosas y que con el paso del tiempo vuelvas a asentarte como ha sido mi caso.

Volviendo a la pasada temporada, no entró en las grandes ferias, pero pisó un circuito que es imprescindible para iniciar la remontada.

Totalmente de acuerdo. No estuve en grandes ferias el pasado año, pero lo más importante de todo es que donde hice el paseíllo dejé mi sello, que es el paso previo para llegar donde quiero.

Triunfos en Ossa de Montiel, Bolaños, Constantina, Añover del Tajo, Lodosa, Cazalla, Jadraque, Ampuero, Sangüesa… Vamos, a puerta grande por tarde casi...

Desde 2019 casi todas las tardes he salido a hombros de las plazas que he pisado. Y esa racha siguió en esta  última temporada en la que me encontraba feliz conmigo mismo, lo cual se acababa reflejando en el ruedo. Si tengo clara una cosa es que no pienso dejar escapar de nuevo el buen momento que vivo.   

Se le notaba que había cambiado el chip a la hora de tener que matar ganaderías duras.

Me ha tocado matar de todo y no rehuyo enfrentarme a ningún tipo de ganadería.

En la recta final del año, destacó la encerrona benéfica en Mocejón, con dos indultos. Localidad en la que reside con su mujer, la cantante María Toledo.

Así es, desde el confinamiento estamos allí y me siento muy feliz con todo el pueblo, al igual que con toda la comunidad manchega. En cuanto a aquella encerrona, fue una corrida muy por encima de lo que suele ser habitual en una plaza de tercera, y resultó extraordinaria en su conjunto, sobre todo los dos toros indultados, uno de Victoriano del Río y el otro de El Puerto.

Tras finalizarla la temporada cambiaba de apoderado.

Así es, agradezco a El Guajareño la labor desarrollada y ahora Marcos Sánchez Mejías ha tomado el relevo.

De momento, le está haciendo bien las cosas. Ahí están esas dos fechas del 12 y 13 en Fitero y Torralba.

Así es, ahí será el comienzo de mi temporada 2022 y parece que la cosa pinta bastante bien.

Capítulo aparte merece esa vuelta a La Maestranza después de cinco año ausente.

En 2018 me descuadró quedar fuera de Sevilla tras ocho años consecutivos haciendo el paseíllo. Pienso que merecía volver allí por méritos propios y porque la afición siempre me ha mostrado su cariño y respeto.

Con el aliciente de medirse ese día a otros cinco paisanos  como Oliva Soto, Javier y Borja Jiménez, Lama de Góngora y Ángel Jiménez.

Un cartel bonito, lleno de alicientes, ya que abre la Feria de Abril, todos los diestros actuantes somos jóvenes de la tierra y con una ganadería en la que tengo depositadas muchas esperanzas. Vamos, que la tarde pinta muy bien y en ella tengo depositadas todas mis ilusiones.

El otro objetivo de esta temporada que comienza es Madrid, si bien los puestos están muy caros.

Madrid es una plaza que siempre acaba siendo justa con los méritos realizados por cada torero. En mi caso, tengo muchas esperanzas de poder volver ahora y aprovechar ese momento dulce por el que atravieso para darme a valer.

El pasado año participaba en la Copa Chenel y cortaba dos orejas pero no pasó a la semifinal. Doloroso aquel trago supongo.

En mi primer toro me pidieron la oreja y al segundo le corté dos, si bien por el sistema de puntuación no pasé a la semifinal, por lo tanto sí que me dolió aquello.

Pese a todo, hay que aplaudir la iniciativa que se repetirá este año con dos festejos a mayores.

Veo bien el trabajo que han realizado la Fundación Toro de Lidia y algunas Comunidades Autónomas, como la de Madrid. Es de agradecer su esfuerzo en beneficio de la fiesta.

Siguen sin abrirse los carteles, pero a los gallos les ha salido un ramillete de buenos toreros como Pablo Aguado y Juan Ortega. ¿Ese puede ser su siguiente objetivo?

Desde luego que sí. Mi propósito es seguir luchando por entrar en ese tipo de carteles y espero que cuando lo consiga se me abran las puertas de muchas plazas.