Y  el talaverano, 'demasiado liberal', Ramón Luis Escobedo, Jefe Político Superior de la provincia de Sevilla y el capitán General de Andalucía, Manuel de Velasco, echan un pulso al Gobierno y al rey Fernando VII y se mantienen en sus puestos a pesar de las amenazas.
Escobedo se presenta a las elecciones generales del 1 de junio de 1822 como diputado a Cortes por la provincia de Toledo, donde sale elegido con holgura. Los conservadores tratan de que no sea aceptado en el Congreso para jurar el acta alegando que las Cortes anteriores habían propuesto que fuese encausado por su desobediencia al gobierno en el episodio de Sevilla que he relatado. Lo que originó una fuerte polémica política. Su amigo, el diputado Sáenz de Buruaga, lo defendió en un pleno con un emotivo discurso que refleja bien las claras el perfil de Escobedo: «Si los electores de Toledo no hubieran tenido una justa idea de que don Luis Escobedo había de ser como un portaestandarte de la libertad española, de la razón y la justicia, es bien seguro que no le hubiéramos elegido, porque no teníamos otro deseo que el de buscar un individuo que fuese el defensor de los derechos y libertades de los españoles. Así que las Cortes deben mandar que inmediatamente venga este digno Diputado a jurar y tomar asiento en este Congreso».
Los conservadores y moderados, encabezados por el moderado Munárriz mantenían que no podía entrar a jurar a la Cámara ni a ejercer su poder hasta que el tribunal competente no hubiera fallado su causa. Finalmente, se aprobó una propuesta del diputado liberal y presidente de las Cortes Juan Oliver García por la que se aprobaban los poderes de Escobedo para que pudiera entrar a jurar en el Congreso, sin perjuicio de lo que después pudiera resolver el Tribunal de Cortes. La votación fue nominal y se aprobó por 76 votos contra 54, votaron en contra realistas y moderados, incluidos destacados doceañistas como Argüelles, Gil de la Cuadra, Valdés Busto, Álava o Bauzá.
Posteriormente Ramón Luis Escobedo formaría parte de una comisión de diputados que concurrieron a la sesión de 11 de junio de 1823 en la que abrían la vía de destituir a Fernando VII y crear una Regencia, por la que se les instruiría una Causa de Estado y le costó huir al exilio.