La editorial alavesa Fournier es mundialmente conocida por sus naipes. Pero más allá, durante un tiempo, protagonizó otra serie de cartas, las que circulaban por correos. Porque tras la Guerra Civil, empresa también publicó diversas series de postales a lo largo de España. En Toledo destacan las que elaboró en torno al Alcázar y la visita de Franco tras el asedio y las que recoge las distintas salas y obras de arte de la Fundación Duque de Lerma en el hospital de Tavera.
Heraclio Fournier fundó la empresa en Vitoria en el año 1870. Se trata de una imprenta dedicada a la publicación de naipes. A día de hoy, ya como propiedad de Cartamundi, fabrica 16 millones de barajas al año. Es proveedor homologado en todos los mercados internacionales de casinos. Produce naipes para todos los juegos de casinos, y tanto los naipes de papel como los de plástico son adecuados para el funcionamiento en las máquinas barajadoras automáticas. Son casi 150 años de historia de una empresa que durante la Guerra Civil, con la Casa de la Moneda en el bando republicano, editó los sellos de los nacionales. Su cercanía al régimen quedó patente con la publicación de postales, como las de la visita de Franco al Alcázar.
En Toledo también destacan las postales de la Fundación Duque de Lerma, firmadas en su mayoría por la casa Rodríguez, pero también por el fotógrafo Moreno, en torno a 1950. Fue en 1942 cuando la duquesa viuda de Lerma inició la Fundación que llevaba el nombre de su marido. Lo hizo bajo el paraguas de la de Medinaceli, y con el consentimiento de su sobrino el duque. La Fundación Duque de Lerma se instaló en el ala izquierda de Tavera. Acogió a treinta niñas huérfanas a las que confió a las Hijas de la Caridad que atendían las Escuelas de San Juan Bautista.
Entre las postales de Fournier destaca una con estas «educandas», además de varias con múltiples salas de Tavera (Archivo, comedor y dormitorio del orferinato, cuarto de invitados, comedor de los patronos, salón y dormitorio de la duquesa y la cripta). También hay espacio para las muchas obras de arte que allí se exponían, bien en su totalidad, bien con algunos de sus detalles (Mujer Barbuda, sepulcro de Tavera o algunos ‘grecos’, entre otros).