Niños saharauis buscan familia para unas Vacaciones en Paz

J. Monroy
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La Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui espera superar este verano en un treinta por ciento los 105 niños que llegaron el pasado año a la región con el programa

Niños saharauis buscan familia para unas Vacaciones en Paz - Foto: David Pérez

«Si tú tuvieras un hijo en estas circunstancias y vivieras en el campamento, ¿no te gustaría que alguien hiciera lo mismo por él?¿Qué culpa tienen estas criaturas de haber nacido en esas circunstancias y en ese entorno? A parte de nuestra responsabilidad política, administrativa y no sé de cuántas cosas más, hablamos de niños que se merecen tener unas vacaciones en paz, que se dé un repaso a su salud, que se arreglen sus dientes, es un placer además. Que los tengan y los experimenten, es una experiencia enriquecedora total, la persona que se arrima al proyecto queda enganchada de por vida, que acojan, por favor». Con estas palabras Evangelina Alonso, de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Esquivias, ha exhortado a los toledanos para acoger a un niño procedente de los campamentos de refugiados en el programa Vacaciones en Paz.

El acogimiento dura dos meses en verano. En el año 2010, fueron un total de 1.003 niños en Castilla-La Mancha y casi 9.000 a nivel estatal. Justo antes de la pandemia fueron 400 menores en la región y 4.895 en España.

Ana Garrido, coordinadora regional de Vacaciones en Paz en la región, ha explicado que pasado año, tras la pandemia, fueron tan solo 105 niños en toda Castilla-La Mancha, con lo que a pesar de todo fue la cuarta región de España, una cifra que los organizadores esperan superar, como mínimo, en un treinta por ciento. De ahí el llamamiento a las familias. El único requisito es tener ganas y tratar a estos niños como uno más.

Elena Pérez de Vargas, coordinadora provincial del programa, ha explicado que el objetivo es recordar los lazos históricos con el Sahara; que los niños reciban revisiones médicas y salgan dos meses de los más de cincuenta grados del desierto. La Asociación también quiere transmitir a la ciudadanía la necesidad de que el pueblo saharaui pueda ejercer su derecho a la autodeterminación.

Gracias a la ayuda de muchos ayuntamientos, traer a estos niños no cuesta dinero a las familias. Una vez aquí, podrán pasar sus pruebas médicas y hacer visitas institucionales, pero lo importante es que se sientan uno más en las familias de acogida. Familias que contarán en todo momento con la ayuda y el asesoramiento de la Asociación. También habrá actividades conjuntas y visitas institucionales, amén de algún acto reivindicativo por la autodeterminación de este pueblo.

Unos más. Garrido recordó que «desde el momento en que abres la puerta de su casa a un menor saharaui pasas a ser su familia española». De ahí el nombre de «familias de acogida» aunque en realidad cualquier persona puede participar en el programa, salvo en el caso de menores con discapacidad, donde sí se recomiendan familias con niños. Garrido insistió en que «participar en la acogida de menores saharauis es compartir muchísimas cosas, porque es verdad que los menores aprenden muchísimo, pero también es verdad que nosotros y nuestros hijos aprendemos muchísimo de estos menores».

El programa Vacaciones en Paz ha permitido que desde 1979 miles de niños saharauis pasen su verano en España alejados del conflicto y del desierto, pero también  que miles de personas españolas vayan a los campamentos para vivir la realidad de este pueblo «vinculado al pueblo español» y conozcan de primera mano su situación.