Miguel Ángel Dionisio

El torreón de San Martín

Miguel Ángel Dionisio


Casalgordo

11/12/2019

Todos conocemos la expresión ‘España vaciada’ para referirse al grave problema de despoblamiento de muchas zonas rurales de nuestro país. Algo que, como ya hemos señalado en este torreón, no es algo lejano a nuestras tierras toledanas, sino que es una amenaza en algunas comarcas de la provincia, y no digamos ya de la región. Una realidad que se encuentra a pocos kilómetros de las vetustas murallas toledanas, y que puede depararnos más de una sorpresa, y en este caso, bastante agradable.
No sé si conocen Casalgordo. Es una pedanía, despoblada, del municipio de Sonseca. Se llega a ella por una estrecha carretera que atraviesa olivares y viñedos, tras los cuales se divisa, entre las fábricas que nos hablan del espíritu emprendedor de los sonsecanos, el esbelto campanario granítico de la torre de la iglesia. Ésta es la gran joya de la pequeña población, que conserva también, aún, su vieja arquitectura popular. Junto a una cuidada plaza realizada con cantos rodados, en la que hace unos veinte años, antes de que se arreglara, existía una hermosa fuente de granito que desapareció de un día para otro, se yergue la bella iglesia parroquial de San Ildefonso, que nos remite a la devoción al santo obispo patrón de Toledo, en un entorno marcado por la presencia visigoda. En efecto, muy cerca  de allí se halla, dentro del término municipal de Sonseca, la antigua iglesia visigoda, hoy en ruinas, de San Pedro de la Mata, un lugar que merecería la pena ser rehabilitado y potenciado desde el punto de vista patrimonial y turístico. Asimismo, siguiendo la carretera que nos conduce a Casalgordo, llegamos a Arisgotas, donde encontramos el extraordinario yacimiento de los Hitos. Todo en un entorno donde estuvo la presa romana que abastecía de agua a Toledo por medio del desaparecido acueducto, y en donde, todavía, al arar, aparecen restos de terra sigillata.
Pero volvamos a Casalgordo y a su iglesia. Edificada en el siglo XV, sufrió modificaciones diversas a lo largo del tiempo. Es un edificio de planta de cruz latina, de una sola nave, cubierta con artesonado de par y nudillo, a la que se accede por una portada de ladrillo, formada por un arco de herradura, protegida por un sencillo pórtico sustentado por dos columnas clásicas. Gran parte del patrimonio escultórico y sobre todo pictórico, unas bellísimas tablas del círculo de Juan de Borgoña, se puede contemplar en la parroquia de Sonseca y en la ermita de la Virgen de los Remedios, conservándose in situ sendos retablos y la pila bautismal. La torre, de sillares regulares de granito, consta de dos cuerpos, siendo el superior, el de las campanas, de gran esbeltez gracias a sus ocho arcos.
Si queremos que nuestros pueblos no mueran es preciso que no les dejemos caer en el olvido, que les visitemos y descubramos las sorpresas que nos deparan. Es el caso de Casalgordo y su interesante entorno.