Las sensaciones que se llevó Aitor Gómez de la derrota frente al Quintanar del Rey fueron «muy negativas». Pero lo que más le preocupa al técnico del CD Toledo es que su equipo, al margen de venirse abajo físicamente en estos dos partidos, también lo ha hecho psicológicamente. Por eso, anuncia un cambio de metología y pide levantar el ánimo inmediatamente para ponerse a sumar puntos como sea.

«No estamos haciendo absolutamente nada», sentenció el preparador, que le ha pedido a sus jugadores «más dignidad, más mente, más cabeza y mucha más fuerza» de cara a los partidos que hay por delante, además de «no cometer tantos errores».

Y es que, considera que el pasado domingo, los verdes  comenzar «con ímpetu y ganas», pero se esfumaron las intención «en el primer error». Gómez reconoce que habían trabajo los puntos flacos del rival, por eso da más rabia que «a la primera que llevan el balón a banda y ponen un centro para Megías o Mazzocchi, la meten para dentro; y la segunda también; y la tercera porque la echaron arriba».

El madrileño carga con  toda la responsabilidad de lo que considera un arranque de temporada malo. Su mayor miedo ahora mismo es esa incapacidad de sus jugadores para mantenerse en pie cuando vienen mal dadas: «Tenemos que juntarnos y tratar de hacernos fuertes hasta que pase ese momento, porque los partidos tienen fases y necesitamos ser inteligentes». En resumen, Aitor Gómez cree que no saben leer los partidos, por los muchos errores que se han cometido en estos dos encuentros.

Preguntado por las críticas de un sector de la afición durante el último partido, el técnico asegura que «no se puede pedir nada a una grada que anima siempre y a la que no se le ha dado nada». Asimismo, les cuenta que «la vergüenza que les hemos hecho sentir, también la hemos sentido nosotros». Por lo demás, pide disculpas y entiende las críticas: «Se merecen muchísimo y no se lo damos».

Aitor Gómez reconoce que es necesario «un cambio de metodología», y no es trabajar más sino «de forma diferente», con el objetivo de que «los pitos se conviertan en aplausos, sabiendo que la tarea no va a ser fácil». Uno de los debes es que «no estamos siendo verticales», aunque considera que la primera virtud tiene que ser la de convertirse «en un equipo sólido defensivamente».